Hace algunas semanas vi The Quiller Memorandum, filme a cargo del siempre competente Michael Anderson (Las Sandalias del Pescador) y protagonizado por un jovencito George Seagal. La historia sobre un agente norteamericano a quien le asignan la investigación de una agrupación pro nazi, en la Alemania Occidental de la Guerra Fría de los 60`, se accidenta en errores de sentido y en la ausencia de ritmo. A pesar de ello, el filme cuenta con interesantes escenas producto de los filosos diálogos del escritor Harold Pinter, quien escribe el guión a partir de su novela homónima. A ello se suma la participación de connotados actores de la talla de Alec Guinness y Max Von Sydow, quienes desde sus roles secundarios aportan cierto grado de prestigio a una obra que es más interesante en su planteamiento que en su ejecución.
Las historias sobre espías han evolucionado hacia relatos que privilegian la acción y la falta de creatividad en cuanto a suspenso. Sin embargo, El Hombre Más Buscado es la excepción que se esperaba desde hace muchos años. Al igual que The Quiller Memorandum, el filme encabezado por Phillip Seymour Hoffmann privilegia la inteligencia y un estilo que anteriormente trabajó el director Anton Corbijn en el ámbito de los videoclips con trabajos para Depeche Mode y U2.
Ambos filmes se centran en el microcosmo de las agencias de inteligencia, pero en particular en las miserias de liberales, conservadores, disidentes y leales a la patria. Callejones y ambientes ensombrecidos son los hábitats naturales para espías que viven en la mentira y el engaño, cuya frustración se mantiene oculta bajo el sabor del licor barato. En The Quiller Memorandún se percibe el tedioso juego entre agentes, elemento profundizado en El Hombre Más Buscado con aquel rostro cansino, y que era marca de fábrica, de Phillip Seymour Hoffmann.
Después del atentado del 11/9 los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Europa tuvieron que evolucionar hacia un modelo proactivo más intenso y amoral, casi tan perverso como los métodos que utilizan los extremistas islámicos. En El Hombre Más Buscado se privilegian técnicas poco ortodoxas, pero también las rivalidades entre aliados, cuyo resultado redunda en la desidia en torno a continentes en donde las fronteras son líneas intrascendentes en mapas. Hoffmann, además, se apoya en el trabajo de dotados secundarios, quienes transmiten la agonía de personas presionadas por delatar y traicionar, ya sea a familiares, amigos, clientes o a quien se les cruce por delante. La vida de los agentes secretos a nivel visual siempre se ha visto reflejada en conversaciones en torno a un trago, callejones solitarios y acuerdos que se concretan en un automóviles en sitios eriazos. Siempre está la posibilidad de una eventual muerte, lo que hace al subgénero de espías un espacio para infinitas posibilidades a nivel narrativo, y que además comparte algunos códigos en común con el género negro.
The Quiller Memorandum es un filme poco conocido, sobre todo al estar protagonizado por un actor que nunca alcanzó el estatus de taquillero (George Seagal estuvo nominado al Oscar en calidad de Mejor Actor Secundario en 1967 por ¿Quién le Teme a Virginia Woolf? de Mike Nichols). Sin embargo, no se puede ignorar que esta película es un antecedente directo de El Hombre Más Buscado, filme que por tratarse de uno de los últimos trabajos de Phillip Seymour Hoffmann es un testamento audiovisual por sí mismo. Notable protagonista, historia bien hilada, suspenso a granel y la siempre valiosa interpretación del mítico Willem Dafoe.
Otros filmes de espías esenciales: El Espía que surgió del Frío (Martin Ritt, 1965); Intriga Internacional (Alfred Hitchcock, 1959); La Cortina Rasgada (Alfred Hithcock, 1966); El Espía (Tomas Alfredson, 2012).
Título Original: A Most Wanted Man (El Hombre Más Buscado) / Director: Anton Corbijn / Intérpretes: Phillip Seymor Hoffmann, Willem Dafoe, Rachel McAdams, Daniel Brühl y Nina Hoss / Año: 2014.