Reflexiones de un policía corrupto, cuya ausencia de moralidad nace de amantes y tratos con la mafia. Romeo is Bleeding es un extenso racconto sobre la antigua vida de Jack Grimaldi (Gary Oldman), un perdedor que respira sin medir riesgos hasta que la suerte le da la espalda, siempre al ritmo de un jazz melancólico y de las bocanadas de humo que impregnan a los viejos hoteles y calles de Brooklyn. Este pequeño filme, del cineasta húngaro Peter Medak (The Ruling Class), se alimenta de los elementos del cine negro y de aquellas epopeyas individuales que toman reminiscencias de cintas de la talla de Sunset Boulevard.
Romeo is Bleeding tiene muchos elementos que podrían situarlo como uno de los mejores filmes independientes de la década del 90´, precisamente de aquellos que surgieron bajo el alero de la productora Polygram (responsables de Fargo y de Cuatro Bodas y Un Funeral). El relato de esta película es vertiginoso, cuyo crédito va para el editor Walter Murch (Apocalypse Now, El Paciente Inglés) y también para giros argumentales poco usuales en el cine estadounidense. Además, Oldman se luce como un antihéroe de poca monta que vive de sueños inciertos y que finalmente traiciona a todos quienes le rodean. Pero los bonos de este filme suben aún más con la presencia de Lena Olin, quien nos ofrece un tour de force interpretativo a través de su personaje Mona Demarkov. Su peligrosa sensualidad y frío carácter la convierten en una de las asesinas más atípicas del cine contemporáneo y en un nuevo arquetipo de femmes fatales heredero del estilo de Lana Turner y Rita Hayworth.
La filosofía de la calle y de un policía que colinda con los engaños de la mafia están presentes en cada línea de la historia de Romeo is Bleeding. De la boca de Jack Grimaldi salen frases ingeniosas y probablemente la mejor de ellas es cuando se refiere al vínculo que se produce entre una persona que ha disparado a otra y viceversa. Dichas palabras sustentan la esencia de este filme de perdedores, si bien al final proyecta cierto optimismo en medio de un melancólico y adusto paisaje. Las últimas imágenes se amparan en un protagonista que termina esclavo de retratos de fantasmas y de recuerdos casi olvidados.
La primera vez que tuve la experiencia de Romeo is Bleeding fue gracias a un roñoso videoclub de barrio. En una estantería me llamó la atención una carátula de video con la cara de Oldman junto a los ojos penetrantes de Lena Olin. Pasaron los años y el impacto de este filme permaneció en mi memoria hasta que nuevamente lo encontré en un local parecido al de la primera vez. A veces creo que uno no selecciona las películas, sino que éstas lo escogen a uno. Romeo is Bleeding, sin duda, llegó a mis manos en el lugar y momento oportuno.
Romeo is Bleeding es cine negro a colores, con un Gary Oldman en el peak de su carrera como actor. Peter Medak demuestra que es un hábil cineasta, sobre todo al contar con trabajos tales como The Changeling (1980), excelente película de terror y una de las mejores en cuanto al subgénero de casas embrujadas se refiere. La reflexión final está en que vale la pena redescubrir y analizar Romeo is Bleeding, ya que es uno de esos filmes que sitúan al cine como lo que debiera ser, es decir, historias e imágenes de la condición humana sin adornos y vacíos. ¡Imperdible, genuina y entrañable!
Título: Romeo is Bleeding / Director: Peter Medak / Año: 1993 / Intérpretes: Gary Oldman, Lena Olin, Anabella Sciorra, Juliette Lewis y Roy Scheider.