El cineasta irlandés Neil Jordan ha realizado una filmografía usualmente conectada con la historia política, social y cultural de su país. Filmes como Ondine, Michael Collins y El Juego de las Lágrimas se caracterizan por mostrar a personajes apasionados y comunes envueltos en situaciones extraordinarias. El cine de Jordan puede ser contemplativo, con toques artísticos y una cuidada estilización de las formas en donde también se puede apreciar una predisposición hacia moldes clásicos. Es cierto que Jordan no siempre está inspirado, aspecto que se puede percibir en títulos más cercanos a la comedia como No Somos Ángeles y High Spirits, si bien estos ejemplos transmiten cierto encanto.

La tercera área de trabajo de Jordan es el cine de terror y suspenso con las obras In Dreams, Entrevista Con el Vampiro y Byzantium. En ellas es visible el oficio como también la necesidad por innovar con nuevos planteamientos escénicos para la audiencia. A este grupo pertenece En Compañía de Lobos, una de las películas más interesantes de los años 80` sobre licántropos, y cuya trama se sustenta en el tradicional cuento de hadas de la caperucita roja.

La historia de la Caperucita Roja proviene de la tradición oral de Europa y fue tomada por dos vertientes de autores. La primera fue la versión de Charles Perrault, cuyo mensaje se enfoca en la advertencia y las connotaciones sexuales. La historia es más cruel, ya que transmite la idea de lo que puede suceder con aquellas jóvenes que entablan relaciones con desconocidos. La segunda versión corresponde al popular cuento de los hermanos Grimm, el que es mucho más inocente en su propuesta y con el final feliz que todos conocemos, cuando el leñador salva a la niña de la capa roja del lobo feroz.

En Compañía de Lobos de Jordan toma elementos de ambos cuentos, pero principalmente de la visión de Perrault. En el filme lo que importa es la conversión de una niña a mujer, teniendo presente los impulsos y tentaciones sexuales de la adolescencia. En la habitación de una mansión duerme una niña que simboliza la inocencia. Muñecos y peluches transmiten la idea de lo infantil, mientras que en una cama se retuerce y sueña una niña con labios pintados de rojo, y que se está convirtiendo en mujer. Sus alucinaciones la llevan hacia un mundo más rural, con enormes bosques y de otra época bajo la presencia de una montaña amenazadora. La niña, interpretada por la desaparecida actriz Sarah Patterson, pierde a su hermana mayor producto de la bestialidad de una jauría de lobos. Su abuela (una notable Angela Lansbury) la consuela, pero también le cuenta una historia sobre una mujer que se casa sin saberlo con un hombre lobo.

Neil Jordan se apoya en simbolismos para mostrar el sueño y las historias que en éste se relatan. El hombre es un depredador, un lobo con piel de oveja que busca satisfacer sus apetitos sexuales, los que también son anhelados por el lado femenino. Caperucita Roja es ingenua en la superficie, pero en el fondo es consciente de su poder de seducción. En el filme se percibe un permanente estado de alarma acompañado por el lirismo de imágenes que sobrecogen por su belleza. El director de Mona Lisa consigue transportarnos a la esencia y estructura narrativa del cuento y sus respectivas moralejas. Los licántropos no son más que una metáfora de los instintos primarios del hombre. El sexo y la sexualidad son satisfactorios, pero también son el terreno del abuso y la violencia si no se tiene al frente a la persona indicada.

En director Joe Dante también abordó en Aullidos (The howling, 1981) la sexualidad implícita en los hombres lobo, llevándola a la modernidad y al terreno de la brujería. Se trató de una obra muy bien lograda en estética y efectos especiales, mucho más compleja de lo que fue Un Hombre Lobo Americano en Londres (John Landis, 1981), si bien este filme planteó otra mirada interesante: la conversión a un licántropo desde la culpa. En Compañía de Lobos fue un poco más lejos porque se atrevió en escudriñar los mensajes detrás del cuento de la Caperucita Roja. Las transformaciones de hombres en licántropos son notables, prácticamente una proeza de los efectos de maquillaje y el uso de animatronics de los años 80`. En la película hay violencia, pero su terror yace no en las formas, sino en el subtexto. Sus imágenes son imposibles de olvidar porque están tratadas como ensoñaciones, como las que a veces se introducen en nuestra cabeza en una cálida tarde de verano.

En Compañía de Lobos es una experimentación visual novedosa, casi impensable para el cine ultra digitalizado de hoy. Es en esta convicción plástica en donde radica su relevancia, a la vez que es una de las obras visuales que más se han adentrado en la esencia de aquellas transmisiones orales que continúan asombrando y perturbando a nuevas generaciones. Una vez visto el filme es muy probable que los espectadores se replanteen los cuentos que leen a sus hijos pequeños, además de comprender el valor y aporte narrativo de sus historias.

Título original: The Company of Wolves / Director: Neil Jordan / Intérpretes: Sarah Patterson, Angela Lansbury, David Warner y Stephen Rea / Año: 1984.