Christopher Plummer realiza una interpretación magistral como J. Paul Getty, uno de los hombres más poderosos del mundo que cimentó un imperio comercial a partir de la extracción del petróleo. El magnate invirtió en lo impensable, siempre desde el cálculo frío y pragmático. Ridley Scott profundiza en el epílogo de la vida de este hombre que alimentó el desprecio, odio y también admiración de muchos. Todo el Dinero del Mundo no es un filme sobre la ambición y tampoco pretende ser una recreación exacta de un hecho o de las personas en las que se inspira. Es una obra que debe ser abordada como una pequeña aproximación a una dinastía familiar, con sus códigos y acciones bajo la atenta mirada de un patriarca alejado de los afectos.
Estamos en 1973 y John Paul Getty III, uno de los herederos de su abuelo es secuestrado en Roma. El adolescente simboliza el dinero, la posibilidad de enriquecerse y de simplemente sacarle “una tajada” a una fortuna codiciada por innumerables mortales. Los secuestradores pertenecen al terreno de la mafia italiana, la que también tiene códigos y puede ser violenta y salvaje. Sin embargo, estos antecedentes poco importan para el patriarca Getty, quien se niega a pagar el rescate por 17 millones de dólares. La decisión es condenable por el mundo, extraña y antojadiza porque el dinero exigido representa sólo un par de migajas, en especial, para un millonario que amasa dicha cantidad cada día o según cómo actúe el precio de las acciones.
En la historia del cine se han producido varias aproximaciones a hombres poderosos como Getty. En 1941 Orson Welles mostró en la célebre El Ciudadano Kane el auge y decadencia de Charles Foster Kane (inspirado en la figura de William Randolph Hearst). 63 años después fue el turno de Martin Scorsese con El Aviador, filme sobre las obsesiones de Howard Hughes. Estas obras hablan de pérdida, destrucción y la opulencia desde la expresión material hasta la cognitiva. Son los mitos en torno a hombres poderosos que tuvieron que sacrificar parte de su humanidad para desarrollar sus proyectos. Curiosamente, las acciones de estos en varias ocasiones promovieron avances importantes de la propia humanidad.
El secuestro de John Paul Getty III fue bastante bullado en los medios de prensa en los setenta. Lo interesante es la forma en que Ridley Scott conduce este suceso a algo más grande y portentoso, lo que se vincula a conceptos como la tradición familiar, el nombre y el comportamiento de personas que están en un nivel distinto. Lo anterior, no sólo por un tema monetario, sino por el poder. Es relevante tener presente que esto no es por un tema social, de ser realmente mejor o no que el otro. El filme en ningún caso se sustenta en esa idea. Es más bien lo contrario, ya que se ambienta en una historia que habla de la excentricidad, de los comportamientos de personas que optan en forma voluntaria por coartar la moralidad.
Ridley Scott siempre ha pertenecido a la categoría de los directores más importantes de Hollywood. Los presupuestos de sus películas suelen superar los 50 millones de dólares. También es un creador que tiene la mirada de un productor, que sabe cómo sacar adelante un proyecto cinematográfico en medio de una sociedad dominada por el ego, los excesos y los lujos. Tampoco es tan ajeno al mundo de Getty. Por lo tanto, Todo el Dinero del Mundo adquiere mayor fuerza por su origen. No olvidemos que logró rodar nuevamente las escenas de Getty, reemplazando al cuestionado Kevin Spacey por Plummer. Su decisión fue más que correcta porque a través del actor que interpretó a Rudyard Kipling en El Hombre que quería ser Rey, logró subir aún más la calidad de un filme que en gran medida se sustenta por el trabajo de sus actores. La inclusión de Plummer demostró que Scott con 80 años sigue siendo un realizador poderoso en una industria que suele dar la espalda a sus talentos a determinada edad. Hay algo de J. Paul Getty en dicha acción, lo que dota al filme de una mayor complejidad en el subtexto.
Todo el Dinero del Mundo tiene todos los elementos de fábrica de Scott: su aproximación clasicista a nivel narrativo, una espectacular puesta en escena con especial cuidado a la recreación de la década de los años 70 y cierta ironía sobre la idea de la materialidad excesiva.
El filme es un deleite visual con Michelle Williams luciéndose una vez más en pantalla y haciéndonos olvidar sus inicios en series como Dawson`s Creek, pero lo que realmente hace valer el precio de la entrada es Christopher Plummer, actor que siempre ha estado allí para deleitarnos desde los tiempos de la fenomenal La Caída del Imperio Romano de Anthony Mann en 1964. A sus más de ochenta años muestra su grandeza y oficio al humanizar a un J. Paul Getty que es fascinante en su tacañería y frialdad. Todo el Dinero del Mundo vale todo el precio de la entrada a la sala de cine. ¡Imperdible!
Título original: All The Money in the World (Todo el Dinero del Mundo) / Director: Ridley Scott / Intérpretes: Christopher Plummer, Michelle Williams, Mark Whalberg, Charlie Plummer, Timothy Hutton, Andrew Buchan y Romain Duris / Año: 2017.