Una de las películas de acción más logradas de los años 90 fue El Fugitivo. El realizador Andrew Davis tomó la popular serie homónima de televisión (1963-1967) en la que el Dr. Richard Kimble (David Jensen) era sentenciado a morir en prisión por el asesinato de su esposa. El tren que lo lleva a la cárcel sufre un accidente y logra escapar del teniente Phillip Gerard (Barry Morse), quien durante cuatro temporadas trata de atraparlo, a la vez que Kimble busca al verdadero asesino de su mujer, un misterioso manco de quien nadie sabe nada.
El filme de Davis tomó la premisa general de la serie y los roles de Richard Kimble y de Gerard, ahora con el nombre de Samuel, fueron representados por Harrison Ford y Tommy Lee Jones, respectivamente. La historia se situó en la ciudad de Chicago y se agregó como elemento argumental un engaño en torno a un médico (Jeroen Krabbe) junto con un medicamento de dudosa efectividad. Lo cierto es que esta subtrama poco o nada importaba (funcionaba como un MacGuffin), ya que lo interesante en el filme eran los intentos de Kimble por encontrar al hombre que le arrebató su vida, mientras que Gerard lo busca desesperadamente como si fuese un sabueso de caza.
El Fugitivo funcionó y muy bien gracias a su premisa hitchkoneana del falso culpable. Los espectadores tenemos claro que Kimble es inocente y un buen hombre que ayuda a quien se le cruce por delante. El médico enfrenta una carrera contra el tiempo y el U.S. Marshal Gerard sólo quiere atraparlo.
Andrew Davis ha desarrollado una carrera principalmente vinculada al cine de acción y con resultados dispares. Fue el cineasta que condujo a la fama a Steven Seagal con Nico y Alerta Máxima. También dirigió a Arnold Schwarzenegger en Daño Colateral y no es casual que haya dirigido Un Crimen Perfecto junto a Michael Douglas, Viggo Mortensen y Gwyneth Paltrow, filme que era un remake de La Llamada Fatal de Alfred Hitchcock. A pesar de estos créditos, El Fugitivo es su obra más redonda, tanto que llegó a estar nominada como Mejor Película en los Premios Oscar.
El Fugitivo es una suerte de Intriga Internacional de Alfred Hitchcock, principalmente porque las ideas de ser atrapado y del escape están presentes en cada escena. La acción conduce el filme y lleva a Kimble a distintas partes de la ciudad de Chicago, todo para buscar posibles pistas sobre el hombre manco. Una buena película de acción siempre se sustenta en un protagonista carismático, lo que Harrison Ford cumple en uno de sus mejores papeles. El actor siempre ha desempeñado el rol de héroe que atraviesa difíciles circunstancias, a la vez que su rostro transmite una permanente sensación de rabia, nerviosismo y determinación. Debería haber estado nominado al Oscar por su papel, pero el que se robó todas las miradas en la película fue Tommy Lee Jones, quien sí se llevó el Oscar a Mejor Actor Secundario. Su rol de Samuel Gerard es la obsesión en persona. Es un hombre que lleva el cumplimiento de la ley en la sangre, a la vez que no está dispuesto a negociar nada. Su escena con Kimble en una represa es de antología, en especial aquel diálogo cuando le señala al doctor que no le importa si es inocente o no, ya que lo único que es legítimo es llevarlo nuevamente a la justicia. A pesar de ello, Samuel Gerard comienza a involucrarse con la historia de Kimble.
Recuerdo cuando vi El Fugitivo junto a mi papá en un cine del centro de Santiago. Fue una de las cuatro películas que vimos en un feriado largo (las otras eran Riesgo Total, Robocop 3 y The Vanishing, el estupendo remake de Spoorloos a cargo del director George Sluizer, autor también del filme original). Pienso con nostalgia en ese fin de semana largo, si bien El Fugitivo fue la película que más me gustó y que desde entonces he visto decenas de veces o más. Estamos ante una obra que prácticamente no suelta al espectador porque respira suspenso y también gracias a otros notables elementos, entre ellos, la fotografía de Michael Chapman (a quien tuve el privilegio de conocer hace varios años) y al intrépido score de James Newton Howard. Han pasado más de 25 años desde su estreno y la película no ha perdido su calidad. Esto porque la idea del inocente que creen culpable de algo es casi uno de los principios argumentales del buen cine, y en este caso de un policial.
El Fugitivo es una historia casi anónima en la ciudad de Chicago, pero también es una epopeya personal entre dos hombres obsesionados que juegan al gato y al ratón entre medio de enormes rascacielos. Kimble busca con rabia al hombre que le quitó todo y para ello corre, cambia de identidad, se esconde y cambia su apariencia en medio de la multitud. En contraposición está Gerard, quien es un sujeto comprometido con su trabajo, con el cumplimiento y con la simple idea de perseguir, acechar y dejar sin respiro a quien sea que huya de la ley. Ambos hombres son dos fuerzas antagonistas notables y bien representadas, lo que hace a El Fugitivo uno de los filmes más estimulantes del cine estadounidense de las últimas décadas. Considerar que el personaje Samuel Gerard tuvo un mayor protagonismo en U.S. Marshals, película bastante entretenida a cargo de Stuart Baird, pero que no tuvo mayor impacto, ya que repitió la premisa de su antecesora sin mucha imaginación.
Título original: The Fugitive (El Fugitivo) / Director: Andrew Davis / Intérpretes: Harrison Ford, Tommy Lee Jones, Sela Ward, Joe Pantoliano, Andreas Katsulas, Jeroen Krabbe y Julianne Moore / Año: 1993.