El cineasta Lawrence Kasdan realizó muy buenos filmes en los años 80 y 90. Su estilo de dirección siempre fue discreto, teniendo como principal talento la escritura de guiones sobre historias que profundizaban la hermandad entre hombres y mujeres, las relaciones de pareja y las dinámicas familiares en torno a problemas de corte existencialista. En 1981 debutó como cineasta con uno de sus filmes más aclamados por la crítica, aquel logrado homenaje al cine negro titulado Body Heat junto a Kathleen Turner como una notable femme fatale, mucho antes a lo que hizo Sharon Stone en Bajos Instintos. Después dirigió The Big Chill, otro clásico contemporáneo sobre un grupo de amigos que enfrentaban algunos problemas afectivos a partir del fallecimiento de un compañero de colegio. También exploró el género western con Silverado y Wyatt Earp. Sin embargo, para muchos cinéfilos, Kasdan siempre será más conocido por su rol de guionista de Cazadores del Arca Perdida (Steven Spielberg, 1981) y, en especial, por haber sido el autor de varios de los capítulos de la franquicia Star Wars, siendo su intervención más destacada el guion de El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980).
Entre las pocas películas que ha dirigido -11 películas en total-, los géneros que más ha explorado Lawrence Kasdan han sido el drama y la comedia de corte romántico. En este nivel está French Kiss, El Turista Accidental y Grand Canyon. En su momento fueron películas bien recibidas y es usual verlas en el cable cada cierto tiempo. Esta vez me centraré en Te Amaré Hasta Matarte, probablemente su obra más plagada de humor negro y también una historia algo cercana a la sátira absurda del cine de los hermanos Coen. La película, basada en hechos reales, la protagoniza Kevin Kline en el rol del italiano Joey Bocca, el dueño de una pizzería que atienda junto a su esposa Rosalie (Tracey Ullman). Joey es gracioso y llamativo para las mujeres, lo que facilita sus infidelidades. Engaña a su mujer, es gritón, no tiene mucha educación y es el ejemplo clásico del machista moderno. En cambio, Rosalie es una esposa devota y algo ingenua, si bien al final descubre las faltas de su marido. Esta situación la motiva a planificar su asesinato junto a su madre Nadja (una notable Joan Plowright) y Devo (River Phoenix), un joven trabajador de la pizzería de Joey.
Básicamente, Te Amaré hasta Matarte es una comedia negra de situaciones, principalmente la del asesinato de un ítalo-americano a quien lo llenan de comida, lo adormecen con somníferos y le disparan un par de veces. El filme provoca carcajadas y en otras oportunidades produce asombro porque por más infiel que es Joey, nadie merece un intento de asesinato tan lento, prolongado y absurdo como el suyo. Kevin Kline de alguna manera extiende el histrionismo de su papel de Otto en Los Enredos de Wanda y que le valió el Oscar a Mejor Actor Secundario, pero su personaje de Joey lo hace más simpático. Estamos ante un hombre que es como un animal salvaje que no puede controlar su sexualidad, pero que finalmente ama de manera incondicional a su esposa, a la vez que en forma tardía y peligrosa se da cuenta de la importancia de respetar sus votos matrimoniales.
Te Amaré Hasta Matarte en ocasiones parece un chiste, un gag convertido en largometraje. Tiene faltas, entre ellas, algunas incongruencias narrativas. Sin embargo, es un filme que se deja ver. Desde otro punto de vista, estamos ante una radiografía visual sobre aquellas historias extrañas que suelen pasar en Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo. Siempre hemos escuchado relatos sobre mujeres que han intentado matar a sus maridos o viceversa, pero que después, por esas situaciones inexplicables de la vida, terminan más unidos y enamorados que nunca. Pareciera ser que Kasdan se burla deliberadamente de aquella ignorancia y primitivismo de la sociedad americana, cuyos resultados suelen ser inexplicables, como si tratara de decir que en el amor hay varias fórmulas posibles. Ese es el argumento principal de esta película, cuya gran fortalece son sus intérpretes secundarios, con un dúo de criminales muy drogados a cargo de William Hurt y Keanu Reeves.
Se echa de menos en la pantalla este tipo de filmes, y que pertenecen a un cineasta que pocas veces se ha regido por los códigos comerciales de las películas que producen los grandes estudios. Quizá por dicha razón Te Amaré Hasta Matarte es un deleite, ya que se trata de una obra sencilla, directa en su planteamiento y que tampoco pretende mensajes moralizantes o discursos facilistas. Lamentablemente, Kasdan tuvo un tropiezo gigantesco en 2003 con El Cazador de Sueños basado en la novela homónima de Stephen King. Debo decir que esta obra con referencias obvias al cine B no es tan mala como suelen decir otros críticos. Tiene momentos, pero es cierto que no es lo mejor entre la filmografía de Kasdan. Es de esperar que el realizador de Mumford se ponga nuevamente detrás de la silla de director. Te Amaré Hasta Matarte es un buen ejemplo de la calidad de su obra, así como los títulos mencionados al inicio de esta crítica.
Título original: I Love You to Death (Te Amaré Hasta Matarte o Te Amaré Hasta que te Mate) / Director: Lawrence Kasdan / Intérpretes: Kevin Kline, Tracey Ullman, William Hurt, Joan Plowright, River Phoenix, Keanu Reeves, James Gammon, Jack Kehler y Heather Graham / Año: 1990.