El 8 de agosto de 1963 ocurrió uno de los episodios más famosos de la historia de la criminalidad británica. El tren postal de Glasgow-Londres fue asaltado por un grupo de personas con diversas especialidades, quienes se adjudicaron 2,6 millones de libras esterlinas. Este suceso cautivó a la prensa y a la opinión pública de la época producto de la meticulosidad de los asaltantes en torno a un plan que se desarrolló por más de tres años. El autor intelectual del atraco fue Bruce Reynolds, la persona encargada de seleccionar a los integrantes de su equipo. Durante meses se planeó el golpe, el cual se transformó en la obsesión de Scotland Yard, entidad que montó un operativo policial que involucró a todo el país. Al final los miembros de la banda fueron detenidos, pero Reynolds logró escapar para refugiarse en México y Canadá, aunque fue apresado nuevamente. Otro personaje célebre vinculado al robo fue Ronnie Biggs, quien se escondió de la ley en Brasil. Sin embargo, en 2001 decidió regresar a Inglaterra. Poco después fue liberado y finalmente falleció en 2013. Hasta el día de hoy gran parte del botín nunca fue recuperado.

Robbery fue la película que en 1967 tomó varios elementos del célebre robo llevándolo a la gran pantalla. Y el encargado de esta labor fue Stanley Baker, actor británico más conocido por haber sido uno de los integrantes del comando de Los Cañones de Navarone, en 1961 y bajo la dirección de J. Lee Thompson. Baker tuvo mucha popularidad en Inglaterra, lo que lo impulsó a buscar roles a su medida por medio del rol de productor. También fue uno de los candidatos más fuertes para el rol de James Bond, pero no aceptó ante la idea de no verse atado a un contrato por varias películas. Al final, Sean Connery obtuvo el papel, creándose de esta forma un ícono de la cultura cinematográfica.

Stanley Baker no vaticinó la popularidad que iba a tener el agente 007, pero aquello no lo desanimó y al final creó su propia productora. Tenía talento como productor ejecutivo y en el filme Zulú (1964, Cy Endfield) lo demostró. Dicha película también la protagonizó, incluso habiendo escogido como co-protagonista a un desconocido Michael Caine. El resultado fue una película de aventuras trepidante, un clásico de los años 60` y en donde Baker fue opacado por el propio Michael Caine. Entre ambos actores siempre hubo tensión, pero el resultado superó las expectativas transformando a Zulú en una de las películas más taquilleras de la época. Baker continúo trabajando en otros proyectos. Uno de ellos fue la producción de Robbery, película que también significó una de las primeras obras del cineasta Peter Yates en pantalla.

La primera secuencia de Robbery vaticinó la capacidad de Yates para filmar persecuciones en automóviles, ámbito que llevó a nuevos límites con Bullittjunto a Steve McQueen en 1968. Robbery tiene todo el estilo visual de la Inglaterra de los años 60, desde sus calles, comercio, moda y también aquella calidad visual que fue muy particular a las películas de dicho país en esta década. Estamos ante un reparto coral, lógicamente en donde destaca Stanley Baker en el rol de Paul Clifton, el cerebro detrás del atraco al tren. La historia tomó varias licencias en relación al verdadero robo, si bien se retrata con bastante detalle la planificación de los malhechores, así como la investigación de Scotland Yard. También sobresalen algunos secundarios como Frank Finlay, James Booth, William Marlowe y Barry Foster, el psicópata de Frenzy, la penúltima película de Alfred Hitchcock.

Tal como lo dije antes, Robbery es un filme que habla de la meticulosidad. Abundan los silencios en reemplazo de varias dosis de acción. Es cierto que no hay mayores reflexiones detrás de Clinton y su banda, pero aquello no importa. Es simplemente una película de escapismo puro, pero rodada con detalle y convicción. Peter Yates nunca fue un director reconocido como autor, pero sí fue un notable artesano del cine con películas muy bien logradas, entre ellas, El Vestidor, John y Mary, The Hot Rock, The Friends of Eddie Coyle, La Guerra de Murphy, The Deep, Krull y La Casa de Carroll Street. Se podría decir que fue un cineasta que experimentó con diversos géneros cinematográficos y con una técnica visual siempre elegante y elocuente en sus historias, usualmente vinculadas con hombres maduros en proyectos-profesiones que ponían término a una etapa relevante de sus vidas. Por ejemplo, Bullitt, una película que no tenía mucha lógica en su guion, sirvió para configurar la imagen iconográfica de Steve McQueen en el cine. Esas eran parte de las habilidades de Peter Yates.

Robbery le reportó a Stanley Baker bastante popularidad, animándose a producir (sin ser acreditado) otra película sobre robos a gran escala: The Italian Job junto a Michael Caine. Luego, probaría suerte en otras producciones audiovisuales. Sin embargo, un cáncer fulminante de pulmón acabaría con su vida con apenas 48 años de edad. Uno de sus últimos proyectos cine fue Una Lagartija con piel de mujer, una de las obras más importates de Lucio Fulci en la década del 70. Baker tenía presencia física en pantalla, si bien era un actor más taciturno, el que comunicaba cierta introspección más por medio de su mirada. En Espectador Errante lo recordamos e invitamos a los nuevas audiencias a que conozcan su trabajo y talento.

Título original: Robbery (El Gran Robo) / Director: Peter Yates / Intérpretes: Stanley Baker, Joanna Pettet, James Booth, Frank Finlay, Barry Foster y William Marlowe / Año: 1967.