El último filme de Edgar Wright tiene raíces indiscutidas en el subgénero Giallo Italiano, particularmente de filmes como The Girl Who Know Too Much y, en especial, de Blood and Black Lace, ambas de Mario Bava; así como The Psychic de Lucio Fulci. También se percibe una influencia indiscutida de Dario Argento, puntualmente en el tratamiento visual que dicho director aplicó en obras como Infierno y Suspiria, principalmente en cuanto a la utilización de los colores. Los sustentos narrativos también coinciden con el cine de los referentes mencionados, ya que Wright recurre a la utilización de fastuosas puestas en escena, extensos movimientos de cámara y tópicos vinculados a la figura del asesinato, además del talento extrasensorial de la protagonista del filme.
El filme se centra en la historia de Eloise (Thomasin McKenzie), joven aspirante a diseñadora que arriba a la ciudad de Londres. La aplicada estudiante es fanática de la música, moda y códigos sociales y culturales de la década del 60`. Se viste como sus heroínas del pasado y fantasea con las canciones de Petula Clark. Sin embargo, al llegar a la metrópolis londinense no encaja con sus arribistas compañeras de estudio, lo que la motiva a buscar un departamento propio. Es en este lugar en donde se conectará con el pasado de Sandie (Anya Taylor-Joy), en medio del año 1965. Eloise a través de sueños y talentos sensoriales experimenta la vida de Sandie, sus aspiraciones y frustraciones artísticas, así como su violenta relación con Jack (Matt Smith), su descubridor y representante.
El Misterio del Soho es la nostalgia de Edgar Wright por la cinefilia y cultura de los años 60. La reconstrucción de 1965 transmite el garbo de aquella época en torno a marquesinas con los estrenos de la época, entre ellos, 007 Thunderball y Darlingde Tony Richardson. Los guiños visuales también se pueden apreciar en la incorporación de las intérpretes Rita Tushingham y Diana Rigg. Tushingham fue un emblema de la contracultura cinematográfica de Inglaterra, especialmente del movimiento Free Cinema Inglés, con destacados filmes como A Taste of Honey (de Tony Richardson) y The Knack (de Richard Lester). A su vez, Diana Rigg, en su último papel como actriz antes de morir, en los años 60 se posicionó como un ícono de la televisión inglesa gracias al personaje de Emma Peel, en la clásica serie The Avengers. Posteriormente, obtuvo mayor exposición al ser la única mujer que se casó con James Bond en Al Servicio Secreto de su Majestad. Estos guiños de Wright a la cultura audiovisual del pasado suelen reiterarse en su filmografía, teniendo como indudable ejemplo Hot Fuzz, filme en el que participó Billie Whitelaw (Frenzy) y Edward Woodward, clásico intérprete inglés de obras como The Wicker Man y la serie ochentera The Equalizer).
Otros guiños cinematográficos son el personaje de Terence Stamp, intérprete que también fue clave en la contracultura y cinematografía inglesa en los años 60. Su imagen de galán y de joven atribulado y contestatario se pudo apreciar en filmes como Billy Budd, El Coleccionista y en Far from the Madding Crowd de John Schlesinger. En el filme de Wright también hubo otro referente al mundo sexista de James Bond, al contar en el reparto con Margaret Nolan, la célebre chica bond Dink que termina sus días pintada en oro en Goldfinger.
Edgar Wright se caracteriza por el montaje de sus películas. Irrumpió en la escena fílmica con la trilogía Shaun of the Dead, la mencionada Hot Fuzz y The World`s End junto al tándem Simon Pegg y Nick Frost. Humor negro inglés, la integración de varios géneros, homenajes a diversos estilos visuales y la utilización de hábiles movimientos de cámara lo situaron como uno de los cineastas-autores más interesantes de su generación. Ahora bien, con El Misterio del Soho ahonda en una de sus propuestas visuales más profundas, en particular sobre subtextos relacionados con el empoderamiento femenino, la violencia de género y el acoso sexual.
Los años 60 del filme de Wright son una desmitificación del garbo de la época. Más bien se trata de una crítica directa al sexismo predominante de aquellos años. Personajes como Sandie terminan siendo objetivos sexuales atosigados por el machismo de hombres de terno y corbata. En clubes nocturnos suceden abusos verbales y físicos al compás del ritmo desatado de hombres y mujeres que caminan sobre faltas morales. A ello se suma un interesante planteamiento sobre la ciudad de Londres, mostrándola como una urbe de mucha historia, de callejones y espacios arquitectónicos emblemáticos, si bien en estos persiste el silencio cómplice ante abusos y desproporciones. Eloise se enfrenta de golpe a esta demencial realidad, la que termina por desestabilizarla psicológicamente como sucedió con el personaje de Carol, interpretada por Catherine Deneuve en Repulsión de Roman Polanski.
El Misterio del Soho es cinefilia pura, un relato fantástico con ideas y planteamientos conectados con las preocupaciones e intereses sociales de la actualidad. Al mismo tiempo, estamos ante una obra que es una experiencia visual y con dos protagonistas comprometidas con los roles que interpretan. Thomasin McKenzie es convincente en el horror que expresa, a la vez que Anya Taylor-Joy se roba el filme en la escena en la que canta Downtown de Petula Clark. Edgar Wright realizó una película que transmite pasión por el cine, en todas sus formas y posibilidades. En los créditos finales se muestran algunas imágenes de Londres en pleno confinamiento por la pandemia del Covid-19, en 2020. Aquellas imágenes un poco lacónicas simbolizan el paso del tiempo en torno a una ciudad con mucha historia, la que está emplazada en espacios en los que han transitado cientos de generaciones con sus particulares penurias, excesos, alegrías y pasiones. Es el cuento fantástico de Edgar Wright que termina en silencio ante la audiencia.
Título original: Last Night in Soho (El Misterio del Soho, La Última Noche en el Soho) / Director: Edgar Wright / Intérpretes: Thomasin McKenzie, Anya Taylor-Joy, Matt Smith, Diana Rigg, Rita Tushingham, Margaret Nolan y Terence Stamp / Año: 2021.