No es de extrañar que Dark in the Sun, también conocida como El Último Tren a Katanga, sea uno de los filmes predilectos de Quentin Tarantino. Su obra Bastardos sin Gloria tomó muchos elementos del filme de Jack Cardiff, célebre director de fotografía que también exploró la dirección cinematográfica. La suciedad, la violencia, el cinismo y el arquetipo del antihéroe de Dark in the Sun se puede constatar en el filme de Tarantino. A ello se suma aquel guiño-homenaje con la incorporación de Rod Taylor como el otrora Primer Ministro Británico Winston Churchill. Taylor protagonizó el filme de Cardiff y en sus créditos como intérprete podemos identificar películas emblemáticas como Los Pájaros de Alfred Hitchcock y La Máquina del Tiempo de George Pal.
La obra de Cardiff se estrenó 30 años antes a Bastardos sin Gloria. El filme no tuvo demasiada repercusión, pero rápidamente se posicionó como una obra bastante transgresora para la época. Esto porque en el filme lo que más abundaba era una intensa dosis de violencia, en especial para ser una película que podría catalogarse como cine de matiné. Sin embargo, aquí la aventura es simplemente una justificación para tratar algunas temáticas bastante incorrectas, y que se vinculan con la supremacía racial y el colonialismo.
En Dark in the Sun el actor Rod Taylor interpreta al mercenario Curry, quien tiene la misión de recuperar diamantes en medio de una brutal guerra civil en el Congo. Gracias a la ayuda de un equipo de soldados tendrá que internarse en la selva, recorriendo villas asoladas por rebeldes. El filme de Cardiff se sustenta en una misión en la que sólo hay un objetivo de carácter monetario y pocas moralidades de por medio. Si este filme se hubiese rodado 30 años después probablemente hubiese estado protagonizado por Sylvester Stallone o Arnorld Schwarzenegger, ya que es un filme primordialmente de interpretación física. Abundan las escenas de batallas, a la vez que los rebeldes o insurgentes se presentan como una especie de caricatura que sólo se dedica a destrozar, violar y ultrajar cualquier símbolo de civilización.
Debo decir que Rod Taylor, un actor poco reconocido y que falleció hace algunos años, desempeña con convicción el rol de Curry. Es un sujeto solitario, violento y que apenas mantiene un atisbo de humanidad en la figura de su amigo Ruffo (Jim Brown). Representa al pragmatismo absoluto en medio de un campo de batalla sin Dios, ley o civilidad. En contraposición está Heinlein (Peter Carsten), un ex soldado nazi que en el Congo puede seguir siendo deshumanizado y violento, ajeno a cualquier control de la sociedad. Jack Cardiff muestra a estos hombres como seres violentos, quizá tan salvajes como los propios rebeldes con quienes combaten.
Dark in the Sun es una película demencial en sus escenas. Los civiles mueren como insectos, incluyendo niños y ancianos. La escena del tren fuera de control y cuyos pasajeros terminan pulverizados es abrumadora. Pareciera ser que Cardiff se empeña por mostrarnos momentos de absoluta destrucción, pero también sabe que puede contar con el voyerismo propio de una audiencia que se deja seducir por sus imágenes. En otra parte del filme podemos ver una cruenta pelea entre Curry y Heinlein que incluye una motosierra, probablemente uno de los momentos más físicos del cine de acción y de aventura de fines de los años 60.
Otro de los aspectos muy bien logrados en el filme corresponde a su fotografía en la que se puede apreciar la mano de Jack Cardiff. Recordemos que el cineasta británico comenzó su carrera como director de fotografía, convirtiéndose en uno de los precursores de los rodajes en technicolor. A él le debemos las imágenes y tonalidades de los filmes Narciso Negro, Las Zapatillas Rojas, ambas de Michael Powell y Emeric Pressburger, y también de Los Vikingosde Richard Fleischer y de La Reina Africana de John Huston. La técnica de Cardiff en la fotografía de Dark in the Sun, con el apoyo del director de fotografía Edward Scaife, es de una notable belleza. De alguna forma, provoca que la violencia sea aún más vívida y sugestiva.
Dark in the Sun es una obra vertiginosa en su puesta en escena. A diferencia del cine de matiné no hay una exaltación idealista sobre los parajes exóticos. En vez de ello, el Congo luce como un infierno en el cual poco o nada vale la vida. Sin duda, estamos ante una película adelantada a su época y políticamente incorrecta en todos sus ámbitos. Es cierto que a nivel narrativo peca de cierta falta de lógica, pero finalmente es escapismo audiovisual puro y subversivo. No hay grandes lecciones morales o cuestionamientos a la usurpación colonialista de África. En vez de ello, sólo hay violencia muy bien filmada, coreografiada e interpretada. Un filme de culto a redescubrir por los atributos señalados, y también por el enorme placer que produce su visualización, sin mayores cuestionamientos que el de una película bien rodada, y que no ha perdido su vigor.
Título original: Dark in the Sun (también conocida como El Último Tren a Katanga y Los Mercenarios) / Director: Jack Cardiff / Intérpretes: Rod Taylor, Jim Brown, Peter Carsten, Yvette Mimieux, Kenneth More y André Morell / Año: 1968.