Miles de horas de trabajo, viajes, reuniones con amigos, conversaciones triviales, gente que va y viene, hijos, poder, dinero, pérdidas, alegrías, tristezas y enfermedades. Todos estos elementos están presentes en el drama con toques de comedia de El Mundo Según Barney, adaptación de la novela homónima de Mordecai Richler. Paul Giamatti interpreta a Barney Panofsky, un productor judío de televisión del que se nos presenta varias décadas de su vida. El cineasta Richard J. Lewis nos introduce en la vida de este singular hombre, quien desde su juventud en los años setenta, durante una larga estadía en Roma, busca situarse en los primeros pasos del largo camino de la vida. Sus principales anhelos son el amor y la felicidad, elementos esquivos que muchas veces se encuentran en medio del más absoluto sentido del absurdo.

Barney es algo grosero, impulsivo, sarcástico y también un hombre cansino en su mirada. Ciertas decisiones lo conducen a distintos matrimonios hasta que en uno de ellos descubre a Mirian Grant (Rosamund Pike), la mujer de su vida. El filme nos muestra que a veces nuestros caminos no son rectos, sino más bien una serie de desvíos, los que muchas veces requieren de malas decisiones para concretarse. Es la ironía de la vida que en el rostro de Giamatti nos identifica. Tenemos esperanzas en él, independiente de sus errores y faltas. A su lado está la figura paternal de un colosal Dustin Hoffman, quien trata de transmitirle la sabiduría que sólo se aprende de las experiencias y aquellas decisiones que pueden ser buenas o malas y, la mayoría de las veces, totalmente estúpidas.

El Mundo Según Barney habla de cómo la vida, la que percibimos y conocemos, finalmente se construye a partir de nuestros propios puntos de vista. Lógicamente, hay parámetros de acción, si bien las elecciones son individuales. Éstas traen causas y efectos, incluso recriminaciones que se acumulan como polvo durante años. El filme es prácticamente una obra que habla de madurez, crecimiento y errores que al final componen nuestro más absoluto sentido de humanidad. Lo interesante del filme de Richard J. Lewis son los detalles. Explora la idiosincrasia judía, la composición de la familia y la conformación de un matrimonio con buenos y también malos momentos. Todo lo anterior con una puesta en escena muy bien lograda y detallista, en especial, en los segmentos que transcurren en la Nueva York de los años setenta.

En alguna oportunidad los referentes de dramas familiares y sociales eran Gente como Uno de Robert Redford, El Mundo según Garp de George Roy Hill, y La Boda de Rachel, aquel relato feroz y encantador creado por el difunto y querido Jonathan Demme (El Silencio de los Inocentes). Se podría decir que el arquetipo cinematográfico de este tipo de historias no ha cambiado mucho en Hollywood, siendo un aspecto positivo de El Mundo Según Barney el haber dejado afuera el sentimentalismo gratuito e innecesario. Aquello sucede, en parte, por la química entre Rosamund Pike y un actor como Paul Giamatti, quien ya nos tiene acostumbrado a comedias y dramas costumbristas como Entre Copas y, recientemente, Los que se quedan; ambas del cineasta Alexander Payne. En este tipo de películas es fácil no creerle a la pareja protagónica, pero aquí sucede todo lo contrario. Nos enternece la paciencia y bondad de Miriam, a la vez que empatizamos con la tozudez y faltas de Barney.

El Mundo según Barney es una experiencia emotiva en torno a la vida y de cómo vamos creciendo y haciéndonos viejos. Es un testimonio de la vida que muchos estamos experimentando y que otros ya finalizaron. Como sucede en el filme, detrás de cada lápida hay una historia sobre alguien que amó y que fue amado, que se equivocó y que tuvo aciertos, y también que fue un humano que tuvo impactos. Al término del filme es muy probable que los espectadores se hagan la pregunta ¿cuál es el testimonio de mi vida? ¿dónde queda aquello? ¿en la memoria y recuerdos de unos pocos o de muchos? Independiente del tamaño de la vida, El Mundo según Barney nos enseña que todos tenemos algo que decir o contar. Hay algo genuino y único en cada uno de nosotros, si bien a veces es difícil descubrirlo, comprenderlo y aceptarlo.

Título original: Barney´s Version (El Mundo según Barney) / Director: Richard J. Lewis / Intérpretes: Paul Giamatti, Rosamund Pike, Dustin Hoffman, Jake Hoffman, Mark Addy, Scott Speedman, Rachalle Lefevre, Bruce Greenwood y Minnie Driver / Año: 2010.