El cine Indie es aquel que se origina en la independencia de ideas y de recursos, pero también son aquellas obras que se caracterizan por sorprender a la audiencia, en particular a los cinéfilos, a partir de argumentos novedosos, la utilización de lenguajes cinematográficos arriesgados, la participación de nuevos intérpretes que sorprenden por su talento y por la obtención de innumerables reconocimientos en festivales de cine del tipo Sundance.
Cada año aparecen sorpresas en la cartelera, si bien muchas de ellas pasan en forma desapercibida. Lo interesante de estos reputados filmes es que finalmente son redescubiertos, tarde o temprano, por una legión de seguidores que comentan sus bondades. Además, tienen la particularidad de que en algún momento se transforman en obras de culto para millones de cinéfilos. En cierto que en los 90´ el tufillo independiente era más palpable e identificable que el de hoy. En aquellos años sellos como PolyGram Filmed Entertainment respaldaban películas que a puro pulso y constancia lograban llamar la atención tanto de críticos como de distribuidoras. Hubo muchos casos como el de Fargo, Cuatro Bodas y un Funeral, Jude, La Haine y un largo etcétera. Sin embargo, llegó la década del 2000 y el panorama cambió totalmente. El cine independiente se transformó en un fenómeno cada vez más masivo, al cual se integraron otros actores, entre ellos, subsidiarias de los grandes estudios. A pesar de estos cambios, el cine Indie de alguna manera continúa dando gratas sorpresas. Hoy es difícil definir si se trata de productos realmente independientes, si bien estas obras conservan cierto halo de autenticidad y de carisma como en los filmes del siguiente listado.
Yo, Earl y Raquel (Me and Earl and The Dying Girl): filme ganador del Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2015 y dirigido por Alfonso Gómez-Rejon. Esta es la versión seria, arriesgada y cinéfila que nunca pudo ser la sosa Bajo la Misma Estrella. Aquí el protagonista es Greg, un estudiante outsider que observa a la secundaria como un ámbito implacable y dividido por castas. Greg no pertenece a ninguna de ellas, pero sí tiene la capacidad para interactuar lo justo y necesario con cada grupo, todo ello para asegurar su sobrevivencia y tranquilidad. Dicho statu quo se desmorona rápidamente cuando conoce a una chica que padece leucemia interpretada por Olivia Cooke, actriz que antes demostró su talento en el filme de terror The Quiet Ones y que seguramente dará que hablar en los próximos años. Yo, Earl y Raquel es una historia clásica sobre el colegio, los códigos de la adolescencia, la soledad y la ausencia de claridad sobre el futuro. Hasta aquí nada nuevo, si bien el director Gómez-Rejon imprime un sello propio que se sustenta en la fascinación por el cine. Greg junto a su amigo Earl filman pequeños homenajes a cintas clásicas como Rashomon, Midnight Cowboy, Sin Aliento y La Conversación. Dicha cosmovisión otorga al trabajo de Gómez-Rejon cierta sofisticación y calidad artística. Lo anterior, también se explica por la experiencia del cineasta como asistente de director en películas como Argo y en la colaboración con autores de la talla de Martin Scorsese. El parangón con Scorsese no es casual, ya que el montaje, los close up y la utilización de recursos visuales evocan algunas de las cualidades del director de Taxi Driver. Yo, Earl y Raquel es valiosa por su sensibilidad y humildad. También es una declaración de principios sobre el cine y su influencia, y de aquellos detalles que diferencian a las grandes obras. Tanto diálogos como escenas contienen importantes mensajes que no son visibles a la primera, pero que están ahí para ser descifrados. Al ver esta película es imposible no rememorar La Noche Americana, filme en donde François Truffaut nos conmovió por su amor por la cinematografía y su lenguaje. Alfonso Gómez-Rejon hace algo similar y le resulta.
Título original: Me and Earl and The Dying Girl / Director: Alfonso Gómez-Rejon / Intérpretes: Thomas Mann, Rj Cyler, Olivia Cooke, Nick Offerman, Connie Britton, Molly Shannon y Jon Bernthal / Año: 2015.
In a World…: película dirigida y protagonizada por Lake Bell, quien debuta detrás de cámara con una historia ganadora en Sundance como Mejor Guión en 2013. La historia del filme es novedosa, ya que se centra en la industria de los voice-over, es decir, aquellas personas que son reconocidas por su voz en doblaje, avisos publicitarios y en los trailers de películas. El título In a World hace referencia a la frase cliché que acuñó Don LaFontaine, quien fue el actor de voz más famoso de Estados Unidos con una voz superdotada que acompañó a miles de avances de cine. LaFontaine falleció en forma prematura en 2008 y Lake Bell intuyó una buena historia en torno a esta extraña ocupación. En el filme interpreta a la hija del mejor actor de voz después del malogrado LaFontaine, quien trabaja en una industria que se caracteriza por su machismo. Es cierto que la premisa de In a World es un poco recurrente, pero Bell hace de su filme una ingeniosa comedia, la cual pasa algunos mensajes soterrados sobre la igualdad de género. También resulta interesante escudriñar un poco más sobre este ámbito profesional, del cual no siempre somos conscientes como espectadores. In a World… demuestra que Bell es una cineasta con potencial para el género de comedia, uno en donde Hollywood hace tiempo da palos de ciego.
Título original: In a World… / Director: Lake Bell / Intérpretes: Lake Bell, Demetri Martin, Fred Melamed, Rob Cordory y Michaela Watkins / Año: 2013.
Lars and The Real Girl: película protagonizada por Ryan Gosling y una muñeca inflable. Sí! Leyeron bien! Gosling es probablemente uno de los mejores actores en el cine de hoy. Su espectro interpretativo es muy amplio, siendo capaz de hacer papeles más clásicos como obras de culto del tipo Drive. En 2007 se arriesgó y mucho, pero con buenos resultados. En aquel año clave en su estatus como actor, decidió sumarse al proyecto del cineasta Craig Gillespie en una historia sobre Lars, un tipo ajeno al contacto físico y abrumado por su timidez. Esta ausencia de habilidades blandas lo motiva a comprar una muñeca inflable a la que denomina Bianca. Una premisa de este tipo podría haber tenido efectos lapidarios en una película, pero el director Gillespie logró evitar dicho efecto. En vez de ello, orquestó una historia sobre la dificultad que tienen algunas personas para conectarse con los demás. Aquí no hay ninguna escena burlesca, sino más bien un tratamiento respetuoso sobre una enfermedad psicológica que impide la sociabilidad y la aceptación del otro. El papel de Gosling es delicado y contenido en medio de una historia dramática disfrazada de comedia negra, y que además tiene algunos guiños al cine de buenas intenciones de Frank Capra. Lars and The Real Girl transcurre es un paraje frío y con abundante nieve, lo que es un símbolo de la represión afectiva de Lars. Se trata de una obra sombría y atípica, y en la que se puede constatar la implacable soledad de algunas personas. Gillespie engrandece en el frame las atribulaciones de un Gosling reducido a sus miedos y fobias. Sin duda, un filme importante.
Título original: Lars and The Real Girl / Director: Craig Gillespie / Intérpretes: Ryan Gosling, Emily Mortimer, Paul Schneider, Kelli Garner y Patricia Clarkson / Año: 2007.