Poco se ha sabido de Joe Dante en los últimos años, quien bajo el alero de Steven Spielberg dirigió Gremlins, aquel retorcido clásico familiar sobre unas criaturas que aterrorizaban un pueblo estadounidense en vísperas de Navidad. Dante otorgó a dichas criaturas de la demencia y comicidad de los personajes de Looney Tunes, aquellos dibujos animados de Warner Bros. liderados por Bugs Bunny y el Pato Lucas, y que durante años deleitaron a varias generaciones. Gremlins se transformó en una cinta de culto, casi obligatoria, y catapultó a la fama al joven director, quien años antes ya había demostrado sus intereses fílmicos en cintas de bajo presupuestos como Piraña y Aullidos, probablemente uno de los mejores filmes sobre licántropos junto a En Compañía de Lobos de Neil Jordan.
En la mayoría de sus filmes Joe Dante escenifica sus historias en ambientes suburbanos. En ellos, usualmente, un grupo de jóvenes deben enfrentar un hecho extraordinario y sobrenatural. En The Hole -disponible en Netflix- Dante retoma dichos intereses con menos presupuesto, pero también con la misma pasión y cariño de sus previos filmes. En esta oportunidad, la historia se centra en dos hermanos que descubren una misteriosa puerta en el sótano de su nuevo hogar. Se trata de una especie de portal, el cual aterra a sus jóvenes inquilinos con diversos tipos de alucinaciones y fantasías.
A pesar de algunos errores de casting, The Hole destaca por ser cine B, pero de calidad. Dante sabe controlar las dosis de suspenso pertinentes junto con agradables episodios que colindan con lo demencial. El filme no está a la altura de sus grandes trabajos, pero sí demuestra el talento de un cineasta que ha tenido que refugiarse en la televisión para sobrevivir (Hawaii 5-0). Tampoco se puede obviar que la historia se siente algo repetida, pero en manos del director de The ´Burns aún se siente fresca en muchas de sus escenas.
Se podría decir que Dante ha experimentado el síndrome del olvido, un estatus que también hoy enfrentan otros grandes como Tobe Hopper (Poltergeist) y Tom Holland (La Hora del Espanto, Chucky), directores que aportaron mucho al cine de terror y de fantasía de fines de los 70´ y mediados de los 80´, pero que de alguna extraña manera se han perdido en el camino.
The Hole es cine B, del que se hace con cariño y con inventiva. Su matriz funciona sobre pocos recursos, pero exprimidos al máximo, lo que demuestra la estima justificada hacia Dante y sus pequeñas, pero grandes obras.
Los filmes imperdibles de Joe Dante
Piraña, 1978: la respuesta en calidad de cine B a Tiburón. Cientos de pirañas escapan por accidente de un laboratorio militar para desencadenar la masacre entre bañistas. Mucha sangre y gore, además de una cuidada puesta en escena permitieron a Dante consolidarse como un nuevo talento en Hollywood. Ojo con los roles de Barbara Steele (La Máscara del Demonio de Mario Bava) y de Kevin McCarthy (La Invasión de los Usurpadores de Cuerpo de Don Siegel).
Aullidos (The Howling, 1981): una estimable De Wallace (E.T, El Extraterrestre) era la protagonista de una historia sobre hombres lobo bastante conectados con la sociedad. Espectaculares transformaciones a cargo del maestro del maquillaje Rob Bottin (El Enigma de Otro Mundo) mostraron el lado más oscuro de un Dante dispuesto a asustar con bastante determinación. A lo anterior también se debe agregar cuotas de brujería y misticismo.
Gremlins, 1984: nunca lo mojes con agua y evita a cualquier costo darle de comer después de la medianoche. Esas eran las advertencias para cuidar a Gizmo, adorable criatura capaz de engendrar a monstruos malhumorados y fanáticos de los excesos. En los ochenta, Gremlins se transformó en un filme de culto y en el arriendo obligado en formato VHS. La película tuvo una secuela aún más demencial, pero que no tuvo el mismo impacto que la primera parte. La obra de Dante se convirtió en un referente de la cultura popular junto a Los Cazafantasmas, Los Goonies y La Historia sin Fin, a la vez que inspiró a decenas de otras películas con resultados dispares, siendo la menos obvia Critters.
Exploradores, 1985: si las escenas de los jóvenes protagonistas de Stranger Things en sus bicicletas te suenan parecidas, aquí hay una razón. Deudor directo de la serie estrella de Netflix, Exploradores estaba protagonizada por Ethan Hawke y River Phoenix, quienes a través de sueños contactan a unos infantiles extraterrestres. Cine de escapismo con muchos guiños al cine de ciencia ficción de los años 50´ en Estados Unidos.
Viaje Insólito (Innerspace, 1987): Joe Dante lideró esta impresionante visión del filme homónimo de Richard Fleischer, en el cual un grupo de científicos se empequeñecían en una nave para entrar en el enfermizo cuerpo de un diplomático. En la versión de Dante abundaban dosis de eficaz comedia y efectos especiales que impresionaron durante su estreno. También sobresale el score de Jerry Goldsmith, compositor recurrente en la filmografía de Dante. ¡Pura entretención ochentera!
The ´Burns, 1989: no es la mejor película de Dante, pero sí un trabajo digno de admirar. El protagonista no es nada menos que el oscarizado Tom Hanks, quien en los años ochenta hizo varias comedias bastante estimables. Aquí interpreta a Ray Peterson, un paranoico hombre de familia que tiene diversas teorías sobre sus nuevos vecinos. Imposible olvidar la escena en la que descubre un fémur y comienza a gritar. Tampoco olvidar la belleza y carácter de Carrie Fischer. En Chile se le conoció con el horrible título S.O.S Vecinos al Ataque.
Matinee, 1993: probablemente el filme más logrado de Dante y también el más personal. John Goodman interpreta a un promotor de películas de cine B que en medio de la crisis de misiles cubanos vislumbra su gran oportunidad. Carta de amor al cine de bajo presupuesto e inspirado en la biografía del cineasta y productor William Castle (The Tingler, House on Haunted Hill).