La lista de productores ejecutivos de Free Fire es extensa, pero entre nombres totalmente desconocidos sobresale el cineasta Martin Scorsese, quien para bien o para mal siempre estará asociado a historias sobre mafiosos, sus armas y traiciones (Buenos Muchachos, Casino). Free Fire es la historia de una transacción entre ladrones de poca monta en la ciudad de Boston en los años 70´. La estética del filme dirigido por Ben Wheatley (High-Rise) recoge el espíritu y desenfado de aquella época, al igual que sus pintorescos personajes. Los primeros minutos de Free Fire comienzan como todas las películas de este tipo, con diálogos creados especialmente para el espectador, para que éste se impresione y se ría con complicidad. Este tipo de filmes usualmente no dejan mucho y Free Fire no es la excepción. Es fácil intuir que en cuestión de segundos se producirá la infaltable balacera entre buenos y no tan malos.

Sin embargo, una vez que se desata la guerra, el filme toma vuelo y supera la media. Es cierto que el desarrollo de personajes es casi nulo o de por sí caricaturesco. Está el mafioso experimentado, el secuaz malas pulgas, el gánster independiente y sofisticado, el drogadicto y también el psicótico. Todos buscan la sobrevivencia en un ruinoso galpón en medio de disparos y piruetas, unas más asombrosas que otras. El director Ben Wheatley tiene pulso, a la vez que sabe cómo narrar a nivel visual una historia -o situación- bien contada. Free Fire es entretenimiento sobre la base del artificio y la técnica, lo que rememora a cineastas como John Woo y la estética Kitsch de Guy Ritchie.

Free Fire tiene momentos muy bien logrados, entre ellos, la escena en que explotan tubos de oxígeno o cuando una van al ritmo de Annie’s Song de John Denver aplasta la cabeza de uno de los malogrados mafiosos. Dichos momentos son hilarantes gracias al montaje de Amy Jump y del propio director. En otro ámbito, resulta interesante ver en escena a varios artistas que se han vinculado al cine independiente. La sobreactuación de Sharlto Copley (Distrito 9), la ascendente Brie Larson (La Habitación), el encanto de Armie Hammer (J. Edgar), la autenticidad de Cillian Murphy (28 Días Después) y la eterna promesa de Sam Riley (Control), todos juntos en pantalla, conforman momentos de innegable entretenimiento.

Free Fire es escapismo puro, lo que no es malo porque está realizada con oficio. Es evidente la pasión hacia el material en pantalla y también se trata de un filme sin pretensiones. Películas similares usualmente buscan ser demasiado inteligentes, a la vez que engañan al espectador para finalizar con mensajes innecesariamente moralizantes. Sólo pocos cineastas pueden hacer aquello, entre los que se cuenta a Scorsese, Francis Ford Copolla o los hermanos Coen (De paseo a la muerte). Ben Wheatley no tiene el porte y tampoco la experiencia de los directores citados, pero sabe cómo orquestar escenas de acción con estilo. Seguramente, Scorsese se dio cuenta de ello y por tal motivo decidió producir Free Fire.

Título original: Free Fire / Director: Ben Wheatley / Intérpretes: Sharlto Copley, Brie Larson, Armie Hammer, Cillian Murphy y Sam Riley / Año: 2016.