A veces deseamos escapar de nuestra irremediable vida. Llega el punto en que nos sentimos como animales enjaulados al servicio de estúpidas rutinas, las que terminan por prescribir tanto acciones como pensamientos. En esta apática vorágine vamos descubriendo que somos seres insignificantes, que colindan con el tedio y el conformismo. Sin embargo, a veces la vida nos entrega la oportunidad de conocer otra realidad algo más oscura, errática y bizarra.
After Hour o Después de Hora es un viaje fantástico por las calles de Nueva York -en especial por las calles del barrio cultural del Soho- cuyo protagonista, un oficinista llamado Paul Hackett (Griffin Dunne), experimenta la más extraña noche de su vida. Lo que parecía ser el intento por una conquista amorosa termina siendo una montaña rusa de emociones, descontrol y frenético ritmo. Martin Scorsese estrenó este filme en 1985 y obtuvo la Palma de Oro en Cannes al mejor director. Incluso, el realizador de Toro Salvaje (1980) ha señalado que esta cinta le devolvió su pasión por el cine, ya que se sentía muy defraudado al no haber podido filmar La última Tentación de Cristo (película que finalmente pudo dirigir en 1988).
Scorsese siempre ha sido un gran admirador de Nueva York. Se puede apreciar su predilección por mostrar a la fauna que deambula cada noche por sus calles (Taxi Driver, Calles Peligrosas o Buenos Muchachos). Siempre la oscuridad, apenas iluminada por los anuncios de neón, es el ambiente en que sus personajes se cruzan y dan a conocer tanto sus tormentos como obsesiones y fatalidades. La noche es un protagonista, cuyo principal objetivo es distorsionar la realidad. Bajo el cielo estrellado o bajo la lluvia encarnizada suceden crímenes. La locura de los que viven en estado comatoso durante el día surge en la oscuridad. Estamos ante el mundo olvidado, aquel que despierta nuestros más horribles secretos y excentricidades.
Después de Hora retrata a distintos personajes que se encargan de desquebrajar la vida de Hackett a partir de la bella escena en que recibe unas llaves, y que simboliza la entrada a este mundo desconocido. La historia es una comedia negra en la que el tiempo se confunde en un sueño. Cada movimiento de cámara y cada situación busca comunicar un sentido surrealista, casi de fábula. Todo es una rareza. Paul Hackett sólo desea escapar y volver a la realidad, una en la que todo se da por sentado. Sin embargo, está atrapado en un puzzle acotado por la paranoia. Dicha característica se exagera gracias a la exquisita música incidental compuesta por Howard Shore (El Silencio de los Inocentes, Ed Wood).
Scorsese debería volver a dirigir pequeñas joyitas como Después de Hora, filme que respira independencia y experimentación en cada una de sus esquinas. La intimidad de este tipo de obras le permite al director italoamericano entregar lo que no ha podido en grandes producciones como Pandillas de Nueva York, El Aviador y ni siquiera en su injustamente ignorada Silencio. Lo más plausible de Después de Hora está en que representa algo que todos hemos vivido o deseamos experimentar alguna vez: una noche de absoluta locura. Son estas experiencias las que hacen que nuestra vida sea distinta e inolvidable. Estamos ante un Scorsese más jovial y con sus movimientos de cámara habituales, pero en medio de aquellos elementos que hacen de Nueva York otra ciudad en la noche. Es la excentricidad detrás del neón, la basura, el crimen y de comportamientos erráticos bajo la luna neoyorkina.
Título: Después de Hora (After Hours) / Director: Martin Scorsese / Intérpretes: Griffin Dunne, Rosanne Arquette, Teri Garr, Linda Fiorentino, Verna Bloom, John Heard y Catherine O´Hara / Año: 1985.