John Krasinski siempre será Jim de la serie The Office U.S. junto a Steve Carell. Era el integrante más avispado de la oficina de Dunder Mufflin en Scranton, además de ser el eterno enamorado de Pam (Jenna Fischer). Sin embargo, han pasado cinco años desde el término de la serie. Desde entonces, los integrantes de The Office se han reinventado, con mayor o menor éxito. El resultado más satisfactorio, sin duda, ha sido el de John Krasinski, quien ha expandido su registro interpretativo en filmes como Detroit de Kathryn Bigelow, Away We Go de Sam Mendes y en 13 Horas: Los Soldados Secretos de Benghazi, una de las obras más logradas de Michael Bay desde La Roca. Krasinski también decidió dar el salto a la dirección, resultado que se puede ver en trabajos como Los Hollar. Ahora, en 2018, explora como realizador los filmes de género, en este caso el de terror, suspenso y ciencia ficción.
Un Lugar en Silencio es la bocanada de aire fresco para un género que cada año se revitaliza con películas como La Bruja, It follows y la reciente nominada al Oscar ¡Huye! La premisa del filme de Krasinski es simple y directa. Una familia trata de subsistir a pocos meses de una supuesta invasión alienígena. No se sabe mucho, salvo que parece que no quedan humanos y que no se deben producir ruidos. En los primeros minutos vemos a una familia que busca remedios y alimentos en un pueblo abandonado. Van descalzos por la calle y se comunican entre ellos a través del lenguaje de señas. Lo anterior, tiene un mayor sentido al constatar que su hija es sorda. En cierto momento surge un ruido y en pocos minutos somos espectadores de lo que parece ser una alimaña gigante, la que con una fuerza indescriptible destruye cualquier tipo de vida que esté a su paso.
John Krasinski no sólo dirige, sino que también interpreta al padre de familia. A su lado, la actriz Emily Blunt (esposa en la vida real de Krasinski) es la madre que hará lo que sea para proteger a sus hijos. También es una mujer que está embarazada, situación que inquieta por el potencial ruido que puede llegar a emitir una guagua en camino. El filme tiene pocas locaciones, siendo una granja el principal espacio en el cual se desatan los conflictos y la acción. La primera hora del filme es casi un ejercicio de técnica visual. Apenas hay ruidos y diálogos porque la palabra hablada, las pisadas o el golpe de puertas es sinónimo de muerte. A ello se suma la poca información de los monstruos que acechan a la familia protagónica. Se ven algunos diarios, se pueden observar algunos titulares y nada más. Es así que el director juega con el espectador, lo aturde, le entrega trazos de información y acrecienta el suspenso en cada momento. Es importante tener presente que la cinta alguna vez fue considerada como posible parte de la franquicia Cloverfield.
Un Lugar en Silencio es una obra hábil que conduce a los espectadores hacia el terreno del cine mudo. Hay música incidental de fondo y los subtítulos que explican el lenguaje de señas. Dicha característica es un noble ejercicio en medio de la aparatosidad del cine actual, además de expresar cierto sarcasmo al tener a Michael Bay de productor en los créditos, es decir, un realizador que en más de dos décadas de trabajo ha alimentado con ruido y diálogos innecesarios horas y horas de metraje fílmico.
En un comentario más personal, no puedo dejar de mencionar el hecho de que fui a ver esta película con mi padre. Al principio le costó entender la propuesta de Un Lugar en Silencio. Estaba algo confundido con la ausencia de diálogos, pero después de media hora se maravilló con el suspenso y con la inteligencia detrás del filme. Quizá el filme de Krasinski le devolvió la capacidad de sorprenderse a través del poder de la imagen, del artificio del plano como tan bien lo comprendió y ejecutó Alfred Hitchcock con Los Pájaros en 1963.
Un Lugar en Silencio es una obra con agallas, además de ser muy valiosa desde su visualidad y plano sonoro. Es una película que está destinada a convertirse en un filme de culto. Tiene elementos del cine de ciencia ficción de los años 50` y nos posiciona como espectadores ante la necesidad tan básica de sobrevivencia (como lo fue en su minuto Viven de Frank Marshall). Aquí una familia lucha contra los elementos de una naturaleza sobrenatural. También presenta otra idea que se vincula con el fin de la humanidad. El ruido literalmente mata. Hay algo de ironía en esta idea porque la sociedad moderna es de donde proviene el mayor ruido, en todo sentido. Conversaciones superfluas, máquinas que lo destruyen todo, fábricas que se comen la tierra e interminables autopistas de automovilistas pegándole a la bocina. Un Lugar en Silencio parte con la aniquilación de todo ello junto con poner a prueba nuestra capacidad para mantenernos en silencio. John Krasisnki se anota un tremendo trabajo en su filmografía. Estamos ante un cine sin pretensiones, arriesgado y directo, cuyos pocos recursos demuestran que el cine de bajo presupuesto es posible, pero siempre que vaya acompañado de buenas ideas.
Título original: A Quiet Place (Un Lugar en Silencio o Un Lugar Tranquilo) / Director: John Krasisnki / Intérpretes: John Krasisnki, Emily Blunt, Millicent Simmonds, Noah Jupe y Cade Woodward / Año: 2018.