Hace un año falleció uno de los cineastas más interesantes y relevantes de Estados Unidos. Su nombre era George A. Romero y su legado fue la creación del subgénero zombie con La Noche de los Muertos Vivientes. El filme se estrenó en 1968 a duras penas. Esto porque su autor tenía visión y entusiasmo, pero casi nada de dinero. Su destreza en la dirección se originó a partir de horas y horas en la realización de comerciales y con más ganas y espíritu que cualquier cineasta de la época se lanzó a filmar una historia improbable, con poquísimo capital, y con el compromiso de muchos amigos, colegas de trabajo y conocidos. Antes del año 68 se habían realizado filmes sobre zombies, si bien estos se relacionaban principalmente con la idea del vudú (I Walked with a Zombie de Jacques Tourneur, 1943). No obstante, Romero tomó esta idea y creó algo propio, un subgénero que se sustentó en ideas más profundas, entre ellas, una crítica a la sociedad de consumo. El mundo zombie del director de Martin se ensanchó, dejando el camino para miles de filmes sobre muertos caminantes, siempre con hambre, a la vez que conducían al mundo y a la sociedad hacia su ocaso.

El documental Year of the Living Dead de Rob Kuhns muestra la proeza de Romero y la lealtad de su séquito de amigos y ayudantes. Contextualiza esta obra como un cambio de paradigma no sólo en la cinematografía estadounidense, sino también a nivel mundial. Romero, con su reconocido humor y humildad, relata cómo fue “levantar” este proyecto en la ciudad de Pittsburgh, es decir, lejos de Hollywood y de todas sus luminarias. En sus comentarios se refiere al rodaje de La Noche de los Muertos Vivientes como “cine de guerrilla” porque no tenían recursos salvo mucha creatividad. En palabras simples se juntó la pasión de cientos de personas por sacar adelante una película de terror. Los intérpretes del filme en su mayoría eran amigos, productores, clientes y financistas de Romero. Todos apostaron por él, por su visión y sin ser demasiados conscientes todos hicieron historia.

La Noche de los Muertos Vivientes se produjo en una época turbulenta a nivel social en Estados Unidos. Por lo tanto, las metáforas y significados detrás de los muertos vivientes acechando a unos pocos sobrevivientes en una casa comenzó a tener nuevos significados, desde temas raciales hasta la sensación de desconfianza de una sociedad cada vez más polarizada, en la que las instituciones, cualquiera que sea, se percibían como corruptas y poco efectivas. En el documental de Kuhns se percibe aquel ambiente, aquella sensación de cansancio. Algunos críticos y sociólogos han señalado que el filme de Romero representó un quiebre en el género de terror, lo que es cierto porque desde aquel momento las películas sobre fantasmas, hechos sobrenaturales, psicópatas o de monstruos comenzaron a integrar otras inquietudes en sus líneas argumentales. Cineastas de otros países como Lucio Fulci se aventuraron por este nuevo camino que se inició con Romero.

Uno de los aspectos más llamativos del documental Year of the Living Dead es la humildad de su director al referirse sobre lo que hizo, sobre una hazaña visual que bien podría calificarse como un acto de la contracultura de los años 60` y que con los años se ha transformado en un fenómeno de la cultura popular que ha inspirado a nuevas generaciones de cineastas, así como piezas audiovisuales de buena o mala calidad, ya sea para cine o televisión. Hay algo que nos fascina del mundo zombie, de ver cómo la sociedad podría llegar a colapsar sin mayor explicación a partir de hordas de muertos vivientes. Quizá Romero le acertó a una idea que se vincula con nuestros miedos más profundos. Su mejor explicación, quizá la más sencilla, es que finalmente se acabó el espacio en el infierno. Los zombies representan el determinismo más puro de la vida del ser humano, su propia muerte. Por eso, cuando vemos zombies caminando por vecindarios, campos y ciudades es como si nos enfrentáramos a la idea del reduccionismo de la vida o bien al sinsentido de la materialidad que nos gobierna.

El documental de Rob Kuhns desde otra vereda nos muestra que el cine, las películas, son expresiones de sus directores, pero gracias a un trabajo colectivo sobre cientos de ideas y también del talento de muchas personas. Por tal motivo, podríamos decir que como resultado La Noche de los Muertos Vivientes es uno de las obras intelectuales más democratizantes en su génesis. Uno de los productores de este trabajo es el cineasta independiente Larry Fessenden, quien durante varios años ha cimentado una filmografía diversa y con un sello propio en títulos como Wendigo y The Last Winter. Fessenden comenta con lucidez algunas de las particularidades de La Noche de los Muertos Vivientes de Romero, en cómo este filme se posicionó en una obra provocadora, casi subversiva para su época. Destaca con entusiasmo el inicio del filme, tan simple y directo como efectivo, y que frases como “They´re coming to get you, Bárbara” representa un antes y después en la historia del cine, una revelación audiovisual y el surgimiento de un movimiento social en torno a las posibilidades de la cinematografía.

Es usual escuchar los cambios de paradigmas que se produjeron gracias a filmes como El Ciudadano Kane de Orson Welles o Pulp Fiction de Quentin Tarantino, pero en su conjunto lo que hizo Romero en 1968 con La Noche de los Muertos Vivientes bien podría estar a la misma altura o quizá ser algo mayor y que todavía no se ha comprendido del todo. Su filme es crudo, en ocasiones demencial, tremendamente violento sin necesariamente mostrar demasiada violencia, un ejemplo de creatividad y de nervios de acero a la hora de hacer cine, y también una obra que quizá sin proponérselo fue clave para la integración de los afroamericanos en el mundo audiovisual. Hay una parte del documental que hace un análisis muy interesante. La discusión se relaciona con el rol heroico, pero correcto que tuvo el actor afroamericano Sidney Poitier con obras como Adivina quién Viene a Cenar, The Defiant Ones y en Al Calor de la Noche (los primeros dos filmes de Stanley Kramer y el tercero de Norman Jewison). Precisamente, en esta obra le devuelve una cachetada a un hombre blanco, gesto que sonó fuerte en un periodo complejo en cuanto a la integración racial en Estados Unidos. Sin embargo, en La Noche de los Muertos Vivientes tenemos al protagonista del filme interpretado por Duane Jones, un actor de color que sobre sus hombros lleva el filme, le dispara a zombies caucásicos, controla a su coprotagonista y es un hombre de acción sin la necesidad de recurrir a discursos con mensajes de buena crianza. Sin proponérselo, Romero hizo de Jones una figura tan o más importante que la del propio Poitier en cuanto a derechos raciales.

George A. Romero merece un lugar importante en la historia del cine porque con La Noche de los Muertos Vivientes porque creó una manifestación social desde lo visual. El documental Year of the Living Dead muestra que la grandeza del cine no sólo está presente en el pedigrí cinematográfico detrás de nombres como Truffaut, Bergman o Scorsese, sino también en otros realizadores como Roger Corman, Lucio Fulci, Dario Argento o John Carpenter. George A. Romero fue un gran director, un hombre que a partir de la humildad y el entusiasmo por hacer cine hizo historia. Creo que todos nosotros, los cinéfilos, le debemos respeto, gratitud y una enorme admiración.

Título: Documental Year of the Living Dead / Director: Rob Kuhns / Año: 2013