Anteriormente hablé de The Thing, además de haber dictado hace ya tiempo una charla sobre John Carpenter. ¿Por qué me gusta tanto el cine de este director, cuyas películas usualmente son asociadas a obras de culto? Las respuestas no son una sola, sino varias. Sin embargo, puedo decir que Carpenter es uno de los cineastas que mejor ha plasmado en el cine de terror la idea de una fuerza extraña, ajena, que termina por arrinconar a los protagonistas a un espacio reducido. En su cine es permanente la idea de un posible apocalipsis mundial o personal en medio de una sociedad en la que los poderes fácticos y las instituciones al final no hacen su trabajo, sino más bien coartan la libertad individual. El cine del creador de Halloween está plagado de antihéroes, de guiños directos e indirectos al western, en particular a la filmografía de Howard Hawks.

En esta oportunidad quise escribir algo sobre La Niebla que en 2020 celebra su aniversario número 40. Sin duda, estamos ante una de las películas más disfrutables de John Carpenter, la que a su vez está anclada en los orígenes del cine B. En el filme los ciudadanos del pueblo de Antonio Bay se preparan para el aniversario número 100, un festejo que se ampara en las mejores cualidades de una comunidad apacible en la que todo el mundo se conoce. Sin embargo, cuando el reloj da la medianoche todo se va al diablo. En una alucinante secuencia de créditos iniciales vemos como se desatan diversos fenómenos paranormales, los que concluyen con una densa neblina con un barco de almas errantes que fueron engañadas hace un centenario. Se trata de una comunidad de leprosos que perecieron producto de una mentira y cuyo capitán William Blake viene a cobrar la venganza contra los descendientes de cinco conspiradores.

La Niebla de John Carpenter parte con el relato de la historia de William Blake. La escena de un anciano interpretado por John Houseman nos interpela como espectadores, conduciéndonos a nuestra infancia, aquella en la que escuchábamos historias sobre fantasmas y almas errantes. El cine de Carpenter trabaja muy bien con los espacios visuales, con la relación espacial entre actores y diversos tipos de arquitecturas, y también con la sugerente utilización del score, casi siempre a cargo de Carpenter y Allan Howarth, y de ambientes espeluznantes gracias a la fotografía de talentos como Dean Cundey. En La Niebla el artificio visual está al servicio de una buena historia y de un relato más cercano a lo coral. En el filme, Carpenter se mofa de las contrariedades de la Iglesia, y también transmite la idea de que el mundo colapsará no necesariamente en las grandes ciudades, sino en lugares apartados que han sido olvidados por el mundo.

En La Niebla prima la sensación de desamparo, de estar a merced de una neblina en la que aguardan piratas sedientos de sangre, los que además fueron apartados injustamente de sus riquezas, tanto materiales como trascendentales. El faro en donde transcurre gran parte de la historia pareciera ser que es el último bastión de una humanidad que en vez de iluminar se oculta en engaños y la desidia.

Mi filme favorito de John Carpenter siempre será The Thing por aquella idea de la desconfianza permanente en el ser humano, en el no saber quién tenemos frente a nosotros. Ahora bien, suelo volver a La Niebla varias veces durante el año porque se trata de una obra muy bien contada, que además me recuerda a aquellas cintas de terror de pueblos atacados por fuerzas extrañas de los años 50 (Los Usurpadores de Cuerpo versión 1956 o The Blob 1958). En La Niebla es permanente la belleza visual, decisión que contrasta con el hecho que produjo la fundación de un pueblo, lo que no es más que una conspiración cobarde y burda. También es una película que se conecta con mi infancia y con los recuerdos de la adolescencia de mi hermano, y probablemente con el pasado de varios lectores de este comentario. Los 40 años de este filme demuestran el talento de John Carpenter como relator de historias y, sobre todo, para crear ambientes que apelan a nuestros más profundos miedos. Sin duda, ¡terror del bueno!

Título original: The Fog (La Niebla) / Director: John Carpenter / Intérpretes: Adrienne Barbeau, Jamie Lee Curtis, John Houseman, Janet Leigh y Hal Holbrook / Año: 1980.