Recuerdo que en 1999 estaba en la universidad, época en la que conocidos y desconocidos hablaban de The Blair Witch Project como si se tratase de un “Santo Grial Cinematográfico”. Al mismo tiempo, se podía ver en la televisión por cable varios programas de entretenimiento sobre el llamado “fenómeno visual” de 1999. Expertos, cinéfilos, espectadores y también sociólogos hablaban sobre esta película que había costado muy poco dinero, pero que a pesar de sus humildes orígenes financieros estaba llamando la atención a nivel global. Razones de su éxito: una historia que supuestamente se basaba en hechos reales y cuyo “envase” de falso documental en torno a grabaciones amateur desconcertaba a cualquiera. Los directores Daniel Myrick y Eduardo Sánchez inventaron la historia de la Bruja de Blair y la de un grupo de jóvenes documentalistas que se metían a un bosque para investigar este supuesto caso del folclore americano. En el filme se mostraban las grabaciones de los tres cineastas desaparecidos en 1994, cuyos registros insinuaban una extraña presencia, posiblemente la Bruja Blair.

The Blair Witch Project provocó sensación, además de una legión de fanáticos literalmente desbordados. Esto porque su metraje era muy realista. Los testimonios visuales de los malogrados Heather, Josh y Michael eran demasiados realistas, en especial la sensación de terror psicológico de personas que en medio de la nada eran asechados por una fuerza que nunca mostraba su rostro. El filme era un ejercicio narrativo y visual sobre la insinuación, sobre cosas que no vemos y también sobre algunos de los miedos más profundos en relación a cosas o seres que supuestamente no existen.

Los cineastas Myrick y Sánchez pusieron a sus protagonistas a grabar con cámaras de distintos formatos. Los internaron en el bosque y cada noche, sin haberles dicho nada, comenzaron a aturdirlos psicológicamente a través de ruidos, gritos y acciones perturbadoras. Lo interesante es que The Blair Witch Project es una obra que juega con nuestros temores más profundos en torno a la idea de las leyendas urbanas o, en este caso, de historias que tienen su génesis en el campo, entre la verdad y la exageración del boca a boca. Un aspecto notable del filme fue su background narrativo. Los directores crearon toda la mitología de leyenda urbana de la Bruja de Blair, siendo sus orígenes la historia de una anciana en el antiguo pueblo de Blair (hoy Burkittsville) que en 1785 había extraído sangre de varios niños para utilizarla en ceremonias de magia negra. Esta mujer fue desterrada y tiempo después parte de los niños abusados y la totalidad de sus acusadores desaparecieron misteriosamente.

The Blair Witch Project siempre pertenecerá al panteón de aquellas películas que costaron muy poco, pero que a pesar de sus dificultades obtuvieron un éxito de taquilla y de crítica (un ejemplo es lo que sucedió con Mad Max de George Miller en 1979). Sin embargo, más allá de la taquilla lo que fascina de esta película es su manipulación de parte de dos cineastas que mostraron otro grado de alcance del cine como expresión artística para la sugestión de los espectadores. Aún hoy la película produce estremecimiento al visualizarla. Hay algo en sus escenas, incluso en la exageración interpretativa de sus protagonistas, que inquieta. La explicación está en lo que plantea. Todos hemos escuchado historias sobre vecindarios o lugares malditos. Sabemos que estos relatos suelen ser falsos y en ocasiones ridículos, pero igual nos gusta creer en ellos. El ser humano tiende a buscar lo que le asusta, más allá de su intelectualidad. Es nuestra forma para poder comprender lo que a veces es inexplicable.

Han pasado 20 años desde el estreno de The Blair Witch Project. En este camino hubo secuelas más o menos pasables, también se produjeron películas muy similares y también la carrera de los directores Daniel Myrick y de Eduardo Sánchez tuvieron más decepciones que gratas sorpresas. Desde otro ángulo parece difícil creer que algunos críticos y publicaciones de cine la catalogaran como parte de las películas imprescindibles de terror de todos los tiempos. Es innegable que el filme tuvo un impacto socio cultural, pero también es cierto que no ha envejecido muy bien, provocando de paso un tremendo tedio al ver la interpretación de la actriz Heather Donahue. Creo que el mockumentary que acompañó la promoción de la película, y que se incluye en las ediciones en DVD y Blu Ray, es mucho más efectivo.

Más allá del aporte visual de The Blair Witch Project, su principal cualidad es el haber sido una piedra angular del cine de terror de los años 90` que a su vez abrió el camino para formatos que también han sido sobreexplotados hasta el cansancio. Tampoco puedo negar que cada cierto tiempo vuelvo a ver esta película porque la idea de poder internarme en un bosque, para documentar lo desconocido e improbable, todavía me seduce y me perturba.

Título original: The Blair Witch Project (El Proyecto de la La Bruja de Blair) / Directores: Daniel Myrick y de Eduardo Sánchez / Intérpretes: Heather Donahue, Michael Williams y Joshua Leonard / Año: 1999.