La filmografía de Paul Schrader ha estado marcada por su familia, particularmente por las enseñanzas de una infancia y juventud influenciada por las creencias deterministas del calvinismo. Esto lo llevó a desarrollar historias totalmente contrarias a la visión “blanqueda” de la vida que conoció. En vez de ello, privilegió relatos en torno a hombres y mujeres que suelen habitar ámbitos en los que abunda la sordidez moral y sexual, es decir, el mundo tal cual es con sus altos y bajos. Es en este “infierno social” en donde se desarrolla el contexto de la historia de Hardcore, el segundo largometraje de Schrader realizado en 1979. Aquí el protagonista es Jake VanDorn (un formidable George C. Scott), ciudadano y empresario ejemplar de la comunidad de Grand Rapids, además de ser un calvinista modelo. De la noche a la mañana, Kristen, su única hija, desaparece en medio de la industria de la pornografía estadounidense más dura, de aquella en la que suele abundar la violencia, la humillación y la sodomía.
La propuesta de Schrader es un viaje al infierno, hacia la búsqueda desesperada de un padre que no sabe y no entiende las razones y hechos que condujeron a su hija a protagonizar un filme porno o varios de ellos. VanDorn se asesora con Andy Mast (Peter Boyle), lo más parecido a un detective privado que conoce los códigos del submundo del sexo, para luego descubrir en un cine de mala muerte los nuevos pasos de su hija en un escena descarnada y cruda, y que profundiza en los dolores más horribles que podría experimentar un padre. Estamos ante una niña que se refugia en una forma de vida que su padre trató de esconderle. Paul Schrader no tiene pelos en la lengua al mostrar este descubrimiento, así como aquellos clubes abarrotados de luces de neón que promueven satisfacciones sexuales de cualquier tipo.
Hardcore muestra a un Jake VanDorn capaz de hacer lo que sea con tal de recuperar a su hija. Se disfraza, simula ser un sujeto que desea rodar un filme porno, se viste como las personas que detesta y habla como si fuese un chulo. Sin embargo, por dentro lleva una procesión interna, la rabia de un hombre que nunca fue capaz de expresar sus sentimientos y que a través de este humillante viaje encuentra casi de manera accidental algo de redención, además de abstraerse, aunque sea por algunos días, de la “burbuja” del calvinismo y sus preceptos. En esta travesía también conoce a Niki (Season Hubley), quien desde los 15 años ha vendido su cuerpo sin culpas porque no conoce otro medio para sobrevivir. Niki muestra su sexo, lo asume y lo ofrece desde una mirada resolutiva que contrasta con la en ocasiones exasperante ingenuidad de VanDorn. El padre de Kerry es un peregrino, y también un anacronismo moral y social. Es cierto que tiene poder desde el punto de vista del empresario que es, pero en lugares como California, ciudad que en las noches parece una imagen modernizada de Sodoma y Gomorra, VanDorn no es nadie. Es más bien un hombre amargado que se cree moralmente superior, si bien esconde faltas igual que todo el mundo.
Hardcore es uno de los filmes más personales de Schrader, como también lo fue First Reform, filme antes comentado en estas páginas y que estrenó en 2017. Son dos extremos de una filmografía muy extensa. First Reform es una obra que se encamina hacia una visión más existencialista del mundo y de la trascendencia de un hombre que subsiste con su fe extraviada. En cambio, Hardcore es rabia pura, la rebeldía de un cineasta que por allá en los años 70 recién daba sus primeros pasos. Schrader lo muestra todo porque trata de capturar en la pantalla la idea de que el sexo mueve a la sociedad, espacio atiborrado de hedonistas, pecadores y manipuladores que ven el sexo un medio para adquirir más poder o bien para controlar la voluntad de otras personas. Harcore es una película clave en una de las filmografías más contestatarias de los últimos cuarenta años. Paul Schrader siempre ha puesto su atención en submundos en los que habitan oportunistas, depravados y abusadores porque la realidad es así, una extensa línea que va del blanco al negro, pero con interminables grises en el camino. George C. Scott en el rol de Jake VanDorn representa este trayecto sin inhibiciones, sin mentiras y sin maquillajes. Aplausos también para el notable score de Jack Nitzsche.
Título original: Hardcore (también conocida como ¿Dónde está mi hija?) / Director: Paul Schrader / Intérpretes: George C. Scott, Peter Boyle, Season Hubley y Dick Sargent / Año: 1979.