A veces hombres y mujeres suelen estar emparejados con personas que son demasiado perfectas, deseables y lo más parecido al epítome de la belleza. Sin embargo, este equilibrio visual en ocasiones esconde insatisfacciones sexuales y afectivas, que finalmente provocan decisiones que podrían parecer absurdas para la opinión pública. Esto es lo que le sucede a Bernard Barthélémy (Gérard Depardieu), exitoso hombre de negocios que lidera un consecionario de automóviles BMW. Estamos ante un hombre que se mueve entre la belleza y la perfección, y que en apariencia parece feliz y estable porque tiene una buena situación económica, una casa perfecta y a Florence Barthélémy (Carole Bouquet), una esposa que parece la modelo más hermosa del mundo. A pesar de esta “buena vida”, Bernard está insatisfecho y en su asistente Colette (Josiane Balasko) descubre amor, placeres sexuales, comprensión y una permanente sensación de libertad. Lo cierto es que Colette es poco agraciada, no tiene sofisticación, es insípida y según desde donde se le mire hasta vulgar. Literalemnte, Bernard se engancha de una mujer que palidece al lado de su esposa, pero es lo que quiere, lo que busca y lo que necesita.
Demasiado Bella para mí profundiza en las contrariedades del amor junto al deseo más elemental e irracional. Es curioso el planteamiento del cineasta Bertrand Blier, pero en ningún caso una rareza. Por ejemplo, es usual que hombres o mujeres pongan su atención en contrapartes sexuales que suelen verse armónicas. Está en nuestra naturaleza buscar la perfección o bien nuestra idea de lo que es perfecto. También es real que a veces nos fijamos en personas que no suelen cumplir nuestros cánones de belleza. Hay algo que nos llama la atención, por ejemplo, independiente de presenciar a una mujer gorda, cero estilizada y de rostro poco agraciado. A veces basta con una sonrisa, un gesto, un movimiento de piernas o de caderas para captar nuestra atención o encender la sensación de deseo.
El título Demasiado bella para mí es el predicamento de Bernard. Tiene una esposa devota, que lo desea y que es deseada por muchos. Es una mujer que está dispuesta a satisfacer deseos, a perdonar infidelidades, pero no a que una mujer poco agraciada le usurpe su lugar. En ocasiones el filme parece un juego de egos, de situaciones inexplicables que no pueden pasar al interior del matrimonio, si bien éstas suceden sin razón y en los momentos más indeterminados posibles. Es innegable que Bernard experimenta una suerte de crisis de la edad adulta porque termina haciendo cagadas, una tras otra. Su racionalidad le dice que sus actos están mal. No obstante, son las caderas y gestos de cariño de Colette factores de su desequilibrio afectivo.
A través de la película es usual escuchar la música de Schubert, en particular su Impromptu No. 3 Op 90. Estamos ante una melodía que se sustenta en la improvisación, en la libertad creativa. A ello se suma que Schubert en su vida enfrentó diversas miserias, tanto físicas como económicas. Se dice que tuvo varias relaciones esporádicas. Por ello, la música de Schubert en la vida de Bernard no es casual, ya que su infidelidad se produjo por una sensación de vacío, de miseria permanente.
Demasiado bella para mí utiliza reflexiones a través de la formalidad de sugerentes travellings, en la utilización de escenas en que marido, mujer y amante se humillan frente a las opiniones y miradas de terceros. El director Bertrand Blier se nutre de algunas influencias surrealistas que en determinados momentos suelen caer en la exageración, si bien estas cavilaciones visuales entre esposos, esposas, amantes, colaboradores y amigos suelen ser ciertas, a la vez que expresan un tipo de condena social cuando experiencias como la de Bernard se hacen públicas. Es aquí en que aparecen personas que no comprenden estas reacciones y menos la necesidad de un hombre de relacionarse con una mujer que tiene lo suyo, pero que al final es tan distinta de la mujer perfecta que representa Florence.
Bertrand Blier explora el amor, sus erráticas consecuencias y virtudes. También se adentra en la nostalgia de seres humanos que saben que una infidelidad trae consigo dramas, dolores y tristezas. Al final sólo quedan perdedores, cuyas acciones son imposibles de evitar. Esto porque el ser humano se desborda en pasión, deseos y sentimientos que suelen ser sublimes, ya sea desde la malicia, lo extrafalario, la intensidad y el mero impulso.
Título original: Trop belle pour toi (Too Beautiful For You) / Director: Bertrand Blier / Intérpretes: Gérard Depardieu, Josiane Balasko, Carole Bouquet y François Cluzet / Año: 1989.