Hace algunos días descubrí una entrevista a la actriz Valerie Perrine a quien casi siempre la vi en roles secundarios en los años 70, 80 y 90, en películas como Superman, The Border y What Women Want. Hoy, con 76 años, Perrine luce más frágil que nunca. Un avanzado estado de Parkinson le ha impedido dedicarse al cine, además de tener otros problemas relacionados con su imagen física. La entrevista se centraba en cómo una dentista le ayudaba con una prótesis dental, una situación muy lejana a sus años de gloria y belleza en los 70, siendo 1974 su mejor época cuando protagonizó junto a Dustin Hoffman el filme Lenny de Bob Fosse. El rol le valió una nominación al Oscar como Mejor Actriz y también se alzó como la mejor actriz del Festival de Cannes en 1975.
Lenny es la historia del comediante Lenny Bruce, uno de los referentes indiscutidos del stand-up comedy estadounidense. Bob Fosse, cineasta responsable de Cabaret, Star 80 y All That Jazz, llevó al cine parte de su vida. Ésta estuvo marcada por un tipo de humor violento y sin censura, el cual exponía comentarios sociales vinculados con la importancia de la libertad de expresión. Lenny Bruce, interpretado por Dustin Hoffman, obtuvo fama y seguidores, a la vez que fue presionado por la policía y otros estamentos que consideran su espectáculo vulgar, racista y sexista. Bob Fosse retrata las experiencias de Bruce, desde sus primeros shows, su matrimonio con Honey (Valerie Perrine), sus abusos con las drogas y, en especial, su obsesión por su forma de entender la vida y el espectáculo.
Bob Fosse construye la narración de Lenny a partir de recreaciones que se intercalan con entrevistas a los más cercanos a Lenny, entre ellos, la mencionada Honey, su madre y agente. Esta decisión otorga a la película cierto carácter de autenticidad, haciendo que la obra tenga algunos elementos del género documental. Los testimonios grafican quién era Lenny, su estilo, el ritmo de sus presentaciones y su relación tanto con el público como con la autoridad. En algunas escenas observamos su obsesión por las leyes, su necesidad imperiosa por amparar su espectáculo a partir de la Primera Enmienda de Estados Unidos en torno a la libertad de expresión. Bob Fosse siempre fue un artista contrario al establishment y a cualquier tipo de represión, punto indudablemente en común con la historia de Lenny.
Lenny se diferencia de otros biopics por su puesta en escena y por la naturalidad de sus falsas entrevistas. La decisión de rodarla en blanco y negro a través de la notable dirección de fotografía de Bruce Surtees (Psicosis III, Risky Business y Fuga de Alcatraz) proporciona cierto hiperrealismo al filme de Fosse. Los blancos y negros resaltan diversos puntos de vista junto con algunas ironías al mostrar la historia de un hombre que se dedicaba a la comedia, a producir felicidad y risas en sus espectadores en contraposición a una vida de excesos y soledad. El escenario no sólo es el espacio concebido para la realización de un show, sino también para la catarsis psicosocial.
Lenny Bruce influyó la carrera de otros cómicos estadounidenses, entre ellos, George Carlin, Richard Pryor, Sam Kinison y Bill Hicks. La vida de Bruce tuvo altos y bajos, aspecto en común con otros cómicos que sucumbieron a las drogas, la depresión y los excesos (John Belushi, Chris Farley y Louis C.K.). Este resultado es parte de la génesis del talento de estos cómicos, quienes suelen ser personas muy sensibles capaces de detectar y analizar las peores bajezas y diferencias de la sociedad, para después transformar sus conclusiones en chistes que terminan por cuestionar nuestra capacidad para reírnos de nosotros mismos.
Al principio de esta crítica me referí a Valerie Perrine, quien en Lenny exhibió su natural belleza, además de incorporar en el personaje de Honey la ingenuidad de quien busca ser aceptada. Lenny la invitó a su mundo, pero juntos también se destruyeron. Dustin Hoffman interpretó en el filme de Bob Fosse uno de sus mejores roles, para el cual se aprendió de memoria varios de los monólogos de Lenny Bruce. En pantalla muestra la expectación de quien se enfrenta a un inminente éxito, así como la debacle asociada a la pérdida de sentido. Los últimos días de Lenny Bruce transitaron por la rabia, la decepción y el cansancio ante una sociedad demasiado inmadura para su estilo de humor. Pocos pudieron entender y escuchar de lo que realmente hablaba. Sin duda, Hoffman y el director Bob Fosse fueron algunas de las pocas personas que lograron comprender la humanidad y crítica social detrás de la esencia de todo buen cómico.
Título: Lenny / Director: Bob Fosse / Intérpretes: Dustin Hoffman y Valerie Perrine / Año: 1974.