Fue uno de los precursores del stand-up comedy en Estados Unidos al abordar temas como la segregación social en el periodo más polarizado entre blancos y afroamericanos en los años 60 y 70. No tuvo miedo al utilizar el término “negro” en sus presentaciones cuando se refería a personas de su propia raza. Abusó de las drogas, haciéndose un adicto empedernido que protagonizó varios escándalos. Tuvo una interesante carrera en el cine, firmando un contrato millonario con Columbia Pictures en los años 80`. Y al final de su carrera se lo consideró como uno de los grandes referentes de la comedia estadounidense, además de haber influenciado la carrera de otros artistas, entre ellos, Eddie Murphy y Robin Williams. En resumen, Richard Pryor vivió una vida de excesos, de polémicas y de enfermedades. Se transformó en una leyenda viviente mediante un tipo de humor provocador y que sigue siendo atingente al día de hoy.
Los chilenos sabemos poco de Richard Pryor. Es usual que lo identifiquemos como el eterno compañero de Gene Wilder, otro reconocido cómico del escenario estadounidense. Los filmes de la dupla Pryor-Wilder eran usuales en la cartelera cinematográfica y televisiva de nuestro país hace más de 30 años. Obras como “Silver Streak”, “Stir Crazy”, “Ciegos, Sordos y Locos” y “Another You” fueron muy populares en los videoclubs de la época. También están las películas con el absoluto protagónico de Pryor, entre ellas, “Some Kind of Hero”, “The Toy”, “Brewster`s Millions” y “Condición Crítica”. Estos ejemplos son su legado como actor, pero el documental “Richard Pryor: Omit the logic” tiene el valor de mostrar las extensas facetas y complejidades de este intérprete, quien falleció producto de los efectos de la esclerosis múltiple en 2005, a los 65 años de edad.
La cineasta Marina Zenovich (“Roman Polanski: Wanted and Desired”, “Robin Williams: Come Inside my Mind”) profundiza en los demonios de Richard Pryor, desde sus inicios en la comedia y sus principales encrucijadas, pasando por sus numerosos matrimonios y la relación con la fama. Su vida recorrió la senda de la autodestrucción. Rozó la muerte en algunas ocasiones, pero de alguna forma logró salir adelante. Sin embargo, estos eventos produjeron diversas reacciones en el cómico. Y quizá esto es parte de la “maldición” que han experimentado los humoristas estadounidenses, teniendo como ejemplo los fallecimientos de Chris Farley, John Belushi, Robin Williams y Lenny Bruce(vida retratada en el filme homónimo de Bob Fosse). Pareciera ser que la capacidad de observación de cada uno de estos comediantes -incluyendo a Pryor- depende de sus excesos, depresiones y violencia. Son un tipo de artista que se caracteriza por su complejidad, y por traumas y dependencias afectivas que se arrastran desde la infancia.
Richard Pryor creció en un ambiente vulnerable, cuya abuela administraba el día a día de decenas de prostitutas. En su familia, y de ahí el título del documental, no había lógica. Se podría decir que todo era una improvisación según las circunstancias, haciendo que la vida personal de Pryor también fuese un caos o bien el terreno fértil para bromas y observaciones ácidas y reales del día a día.
Siempre admiré a Pryor porque su humor no tenía una consciencia de sí mismo como el de Eddie Murphy. Pryor no buscaba la fama, sino más bien una forma de poder expresarse sin límites o censuras. Su programa televisivo “The Richard Pryor Show” en 1977 apenas se prolongó por cuatro capítulos. Fue cancelado porque literalmente eran gags que ironizaban sobre temas que eran álgidos para la sociedad estadounidense de la época. Es así que el documental de Zenovich muestra a un artista que se adelantó a su época, cuyo sustento siempre fue ser políticamente incorrecto, independiente de las consecuencias y de las elecciones tomadas. Esta forma de ver la vida la retrató en el cine con la película autobiográfica “Jo Jo Dancer, Your Life is Calling”, proyecto que Pryor protagonizó y dirigió).
La luz de Richard Pryor se fue apagando de a poco. A fines de los años 80 sus películas recaudaban muy poco y la esclerosis múltiple que le fue diagnosticada en 1986 poco le ayudó para revertir la situación. A pesar de este sombrío final hubo nombres como los de David Lynch, quien le dio el papel de Arnie en Carretera Perdida en 1997, su última aparición en cine. Richard Pryor es un recuerdo, una figura representativa del humor y la contracultura de Estados Unidos. También es una figura cercana para aquellos nostálgicos del cine ochentero. El documental “Richard Pryor omit the logic” es una buena alternativa para conocer quién era el hombre detrás de las bromas. A través de entrevistas a sus colaboradores, amigos y familiares podemos armar algunos de los elementos que configuraron su grandeza, así como sus temores y peores demonios.
Título original: Richard Pryor omit the logic / Directora: Marina Zenovich / Año: 2013.