Los cineastas surcoreanos han demostrado estar adelantados en el género de terror, tanto en aspectos formales como narrativos. En torno a un cine de exploración han logrado desarrollar historias novedosas, las que son generosas en hemoglobina, golpes de efecto y ambientación. Estados Unidos todavía consigue dar sorpresas con filmes como La Bruja e It Follows. A pesar de estos dos eficaces ejemplos, el género de terror estadounidense usualmente cae en la autoparodia y en un otrora cine slasher asiduo a los remakes. Es así que el género de terror en cuanto a lo novedoso y nuevas formas visuales hoy es propiedad de Corea del Sur, país con realizadores que continuamente se están reinventando. Jee-Woon Kim (I Saw The Devil), Joon-ho Bong (The Host) y el reciente exitazo Tren a Busan de Sang-ho Yeon han configurado un grupo de cineastas que no temen romper moldes para poder innovar. Sus filmes son reactualizaciones a películas como Tiburón y al subgénero zombie, actualmente ultrajado por series como The Walking Dead. Las obras de estos creadores coreanos son excesivas, a la vez que han mantenido aspectos de la cultura oriental que se vinculan con la religión y la familia.
Con The Wailing (también conocido como El Extraño) el cineasta Hong-jin Na aborda la historia de un mediocre policía y padre de familia que comienza a descubrir extraños crímenes en su pueblo. El protagonista (Do-won Kwak) es un sujeto temeroso, descuidado y poco hábil, quien además poco o nada suele arriesgar como representante de la ley. Es en medio de esta rutina existencial en donde Hong-jin Na deja caer lo inexplicable. Una serie de asesinatos a manos de erráticas personas disparan las primeras alertas. Después vienen las posesiones, chamanes, espíritus malignos y demonios. Pareciera ser que se trata de un exceso, si bien el filme consigue dosificar cada uno de estos ingredientes. De alguna manera ilógica se unen y configuran una historia sobre un padre que busca respuestas, además de salvar a su hija.
En The Wailing predominan los gritos y la idea de que a toda costa es necesario preservar la seguridad de la familia. Es un filme que inquieta no sólo por sus guiños al folklore coreano, sino también por la irrupción de fuerzas desconocidas que terminan por destruir la estabilidad de la sociedad. Policías y armas son inútiles frente a la fuerza omnipresente del mal. Hong-jin Na mezcla todos estos antecedentes y aunque el metraje hacia el final se hace algo extenuante, todavía consigue mantener la atención del espectador. Todo es válido y todo es posible en esta historia que también hace alusión al sacrificio y a la contraposición de diferentes creencias.
The Wailing es un filme demencial que avanza lento y que tiene el mérito de traspasar la confusión e incredibilidad de los propios protagonistas a los espectadores. ¿Es magia negra o espíritus errantes que caminan por el mundo castigando las faltas de los mortales? Las respuestas son simples conjeturas. Lo único que está claro es que el mal, en cualquier forma, es imposible de engañar o esquivar. The Wailing tiene sus raíces en las tradiciones surcoreanas y en la moralidad familiar. Es una obra que nos habla de la espiritualidad de un país que a pesar de su tecnología continúa siendo respetuoso de sus tradiciones, y de sus buenos y malos augurios.
Hong-jin Na construye un relato, cuyo máximo valor es su capacidad para inquietar y para asombrar. Algunas escenas parecen ser una gran broma, si bien al final deslizan otras ideas que aterran por sí mismas. The Wailing está destinada a posicionarse como una obra de culto y cuyo final, por extremo que parezca en lo superficial, exhibe aberraciones que quizá no estén lejos de ser ciertas. Un filme para visualizar con respeto en más de una oportunidad.
Título: The Wailing (El Extraño) / Director: Hong-jin Na / Intérpretes: Do-won Kwak, Jung-min Hwang, Jun Kunimura, Woo-hee Chun y Hwan-hee Kim / Año: 2016.