Algunos lectores se preguntarán sobre las razones de haber rescatado del olvido a este filme de Alan J. Pakula. Lo que se me viene a la mente como primera respuesta fue la imperiosa necesidad de hablar de esta película sobre relaciones de pareja a fines de los años 70, además de la sobresaliente interpretación de cada uno de sus tres protagonistas.
Alan J. Pakula siempre será recordado como el director de Todos los Hombres del Presidente, película sobre el destape periodístico del escándalo Watergate y también una obra audiovisual precursora del cine de los años 70, particularmente del movimiento Nuevo Hollywood. Es importante destacar que esta cinta es parte de la denominada “Trilogía de la Conspiración” del director y que además está integrada por las películas Klute y The Parallax View. Se trata de propuestas audiovisuales que mostraron la desconfianza del pueblo estadounidense hacia los poderes fácticos, los que en la década del 70 estaban desprestigiados producto de sus procedimientos. En estos filmes, Pakula mostró a políticos y organismos de inteligencia en una suerte de conspiración social en la que unos pocos eran los que realmente dirigían el curso de la nación. Mucha fotografía nocturna y sombras, personajes ambiguos, secretos de Estado y elementos visuales herederos de la insinuación hitchkoneana caracterizaron a estas tres películas, si bien Todos los Hombres del Presidente fue la más famosa de ellas.
Alan J. Pakula continuaría explorando en su filmografía otras historias sobre el poder y sus redes. Desde el ámbito empresarial con Rollover, los subterfugios legales en Se Presume Inocente, el holocausto judío en La Decisión de Sophie, y su gran canto de cisne que fue El Informe Pelícano, nuevamente una historia sobre faltas morales provenientes del Salón Oval en la Casa Blanca. Pero el trabajo del cineasta también estuvo presente en la comedia romántica con resultados bastante dispares. Sin lugar a dudas, el terreno de Pakula a nivel visual eran los juzgados, estaciones de policía, salas de prensa y entidades gubernamentales, si bien sus intentos por retratar historias de amor en pantalla, en casas y vidas suburbanas tuvo algunos buenos momentos.
Es así que llegamos a Starting Over un viernes en la noche en contexto pandemia. Y el resultado fue una experiencia grata y muy estimulante. La comedia romántica por excelencia de los años setenta fue Annie Hall de Woody Allen, pero dos años después vino esta pequeña propuesta no tan existencialista de Pakula. Basada en la novela de Dan Wakefield y con guion de James L. Brooks (antes de ser el director de La Fuerza del Cariño y de Mejor Imposible), Starting Over sitúa al espectador ante la historia de Phil Potter (Burt Reynolds), hombre taciturno que experimenta el divorcio de su esposa Jessica (Candice Bergen). Luego de una separación bastante solitaria, Potter conocerá a Marilyn (Jill Clayburgh), una mujer extrovertida e independiente.
El filme tiene diálogos muy interesantes que retratan el desgaste matrimonial, así como la dependencia afectiva de hombres y mujeres hacia sus ex parejas, independiente de las infidelidades y de la pérdida de confianza. En las escenas del filme no hay demasiada profundidad, pero sí se muestra el proceso de la pérdida, las dudas ante un nuevo romance en una etapa madura de la vida. Todos los personajes se comportan como niños en torno a precariedades emocionales que no distinguen edad, educación o formación. Estamos ante una obra que es un excelente ejemplo de dirección interpretativa, demostrando el histrionismo de cada actor.
Me atrevería a decir que Starting Over es una de las mejores películas de Burt Reynols (junto con su trabajo en Deliverance y en Boogie Nights). Alejado de sus modismos particulares, Reynolds es cómico y deplorable en ocasiones. Pocas veces lo he visto tan poco consciente de su propia imagen de estrella de cine en pantalla, perdiéndose en las complejidades emocionales de un personaje obsesionado y que es incapaz de estar solo. A su lado brilla Jill Clayburgh, quien fue nominada al Oscar como Mejor Actriz por su rol en el filme. Clayburgh protagonizó un año antes Una Mujer Descasada, obra precursora de los movimientos feministas que predominan en la actualidad. Fue una actriz muy popular en los años 70, si bien en los ochenta perdió protagonismo producto de algunas polémicas incursiones como lo fue La Luna, obra de Bernardo Bertolucci en donde interpretaba a una madre que sostiene relaciones incestuosas con su hijo. También estuvo bajo las ordenes de Costa-Gavras en Hanna K. sobre el conflicto palestino-israelí.
En la otra vereda está Candice Bergen, cuya interpretación de la ex esposa de Phil también la hizo merecedora de una nominación al Oscar como Mejor Actriz Secundaria. La compañera en vida del cineasta galo, Louis Malle, y también protagonista de la sitcom Murphy Brown en los ochenta, sobresale por su sensualidad y por varios momentos junto a Burt Reynolds. También se agradece la participación del siempre competente Charles Durning.
Roger Ebert, crítico que falleció hace algunos años y que he venerado durante toda mi vida, no fue muy amigable con su crítica hacia esta película. Sin embargo, desde la óptica del mainstream hollywodense estamos ante una obra que convence y que se deja ver con cariño y aprecio, en especial por el talento de sus intérpretes. El filme tiene algunas curiosidades, entre ellas, la participación de Sven Nykvist como director de fotografía. El habitual colaborador de Ingmar Bergman en filmes como Secretos de un Matrimonio y en Persona. Lógicamente, Alan J. Pakula nunca pretendió ser Bergman con su película, pero igual se agradecen estos pequeños gestos. Es así que Starting Over consigue destacar como filme del género cómico-romántico de la época.
Sentí mucho pesar al ver en pantalla a interpretes y realizadores que ya no están entre nosotros. Puedo decir que Starting Over me conmovió por su sinceridad y falta de pretensiones, así como por sus acertados diálogos. Quizá simplemente me enamoré, una vez más, de Jill Clayburgh o bien ahora observaré a Burt Reynolds con mucha más estima de la que ya tenía. Lamento que en su carrera no hiciera más papeles como éste. Esta obra también me hizo recordar a Pakula, un cineasta que se fue muy pronto de este mundo en un torpe accidente de tránsito en 1998, a la edad de 70 años. Starting Over no es un filme que pretende cambiarle la vida a nadie, pero sí es muy efectivo, sincero y encantador en sus particularidades. Ojalá que muchos cinéfilos se atrevan a rescatarlo.
Título original: Starting Over (Comenzar de Nuevo / Tres no hacen pareja) / Director: Alan J. Pakula / Intérpretes: Burt Reynolds, Jill Clayburgh, Candice Bergen, Charles Durning, Frances Sternhagen, Mary Kay Place y Austin Pendleton / Año: 1979.