Con todo lo que está sucediendo en Ucrania bien vale la pena recordar dos trabajos audiovisuales sobre la guerra y sus efectos. Hace poco volví a ver La Niebla de la Guerra, documental de Errol Morris en torno a Robert McNamara, el ex Secretario de Defensa de los ex presidentes estadounidenses John F. Kennedy y de Lyndon Johnson. Esta obra de 2003 se alzó con el Oscar a Mejor Documental, además de ser bastante comentada en la época. Esto porque la figura de McNamara siempre ha sido bastante controversial. Para algunos norteamericanos, McNamara representó una política exterior fría y calculadora, si bien para otros, y hasta el día de hoy, es considerado como una de las figuras más relevantes de la Guerra Fría. Ya sea pacifista o belicista, lo interesante del documental de Morris es ver cómo McNamara explica en 11 lecciones lo qué es la guerra, sus implicancias y efectos. En algunos pasajes se refiere vívidamente al periodo de la Crisis de Misiles Cubanos entre la Ex Unión Soviética y Estados Unidos, a lo largo de 13 días en donde el mundo estuvo a un paso de la hecatombe nuclear.
La Niebla de la Guerra es uno de los documentales más acertados sobre cómo acercarse y comprender el fenómeno de la guerra, desde un escenario político, económico y militar. Las reflexiones de McNamara, aparte de ser muy lúcidas y atingentes a los tiempos de hoy, evidencian que la guerra, sus escenarios, son siempre oscilantes. Cada contexto es diferente y, finalmente, la escalada de violencia y tensión suele originarse por la poca capacidad para ponerse en los zapatos del enemigo. Es ahí en donde es clave la empatía, así como la eficiencia y, también, la capacidad para reponerse ante lo impensado. Lo que sí es cierto es que la guerra es parte de una niebla de la cual es difícil identificar todos los escenarios, y en donde es abrumadora la delgada línea entre el criterio y la locura.
En La Niebla de la Guerra el score de Philip Glass nos invita a reflexionar sobre una época en donde el mundo estaba polarizado a nivel ideológico, a la vez que era usual las cavilaciones sobre los supuestos, cientos de ellos. Todo era un juego de probabilidades. Es usual que los civiles, las personas que no han tenido ninguna relación en su vida con la guerra y sus mecanismos, les sea muy difícil de comprender lo que hay más allá de los tanques, bombardeos y guerrillas. Por tal motivo, las palabras de McNamara adquieren un sentido mayor. Han pasado 60 años desde la Crisis de Misiles Cubanos y hoy estamos prácticamente ante un frágil equilibrio entre dos superpotencias. Es triste decirlo, pero parece que no se ha producido ningún avance. En vez de ello, sólo ha habido una sofisticación de los canales de comunicación y una mayor instantaneidad de los procesos, de lo que sucede en determinada parte del mundo. Tenemos más acceso a la información, si bien las lecciones de McNamara continúan siendo válidas ante los conflictos que estamos presenciando. La Niebla de la Guerra podría ser considerada el tratado audiovisual más profundo sobre la guerra en la época contemporánea, y también un reflejo de las posibilidades que se están produciendo en tierras ucranianas.
Pero mi intranquilidad sobre lo que está sucediendo en Ucrania no se detuvo ahí, y en el mismo día procedí a revisar una segunda obra audiovisual, el filme 13 Días de Roger Donaldson. En 1977 dicho cineasta estrenó una de las películas más relevantes del cine neozelandés: Sleeping Dogs. Posteriormente, se labró una carrera en Hollywood con filmes de factura netamente comercial: Sin Salida, Cocktail, Especies y The Recruit, y otros trabajos más reputados y cercanos al cine de autor: The Bounty (tercera versión del hecho histórico del Motín del Bounty y con la pluma de Robert Bolt, guionista habitual del cineasta David Lean), The World´s Fastest Indian y el documental McLaren. Bueno, 13 Días está entre el biopic y el cine comercial. Sin embargo, bajo la batuta de Kevin Costner como productor ejecutivo y protagonista, tenemos una obra que relata con bastante detalle parte de lo que menciona y recuerda Robert McNamara en el documental La Niebla de la Guerra.
13 Días es un relato vertiginoso sobre la Crisis de Misiles Cubanos, pero también una mirada a la administración de John F. Kennedy, mandatario que no se dejó intimidar por sus jefes militares al ver la posibilidad de un conflicto nuclear a escala mundial. Donaldson apunta su cámara a tensas conversaciones en el Despacho Oval, así como en pasillos, oficinas y cuartos de la Casa Blanca. Vemos a hombres racionales y con estudios que buscan una salida diplomática, mientras que otros buscan la oportunidad para desquitarse por el fracaso de la Invasión a Bahía de Cochinos. Bruce Greenwood y Steven Culp, en la piel de John y Robert Kennedy respectivamente, soportan los embates de asesores, congresistas y oponentes. Son horas decisivas en donde el mundo pendió de un hilo y no hay tiempo para la verborrea sin sustento.
Al observar el filme de Roger Donaldson es imposible no asombrarse frente a omisiones, aberraciones y decisiones absurdas. Sin embargo, aquí estaba presente la prevalecía de dos naciones, una guerra indirecta entre mensajes, acciones, silencios y uso de la fuerza. Y esto que se exhibe en el filme 13 Días -dejando de lado aquella imagen edulcorada de Estados Unidos y el mundo libre- es cierto y atingente a los actuales extravíos detrás de la invasión a Ucrania, 60 años más tarde. Seguramente, las conversaciones, miedos y preocupaciones deben ser las mismas. No han cambiado, salvo por los actores y las piezas que hay en juego. 13 Días es una obra que lamentablemente pasó desapercibida. Recuerdo haberla visto en el cine con mucho entusiasmo y lo mismo me sucedió hace poco, pero también sentí un profundo terror sobre los tiempos que estamos viviendo y en donde la teoría del péndulo vuelve a repetirse, casi en forma implacable.
La Niebla de la Guerra es revelación, reflexión y análisis, mientras que 13 Días es el escenario, la acción y las tratativas de pasillo o bien, parte de las experiencias que relata McNamara. Ambas son obras que vale la pena rescatar en los tiempos que estamos viviendo. Es más recomendable que armar conjeturas a partir de la infoxicación de noticias y testimoniales del día a día. No cabe duda que la guerra es brutal, a la vez que las piezas audiovisuales descritas pueden ayudar a comprender un poco más sobre lo que hay detrás del llanto, la destrucción y la falta de sentido común.
Después de ver ambos filmes exploré una vez más otros filmes: El Día Después,Threads (rescatada en Espectador Errante), Testamento y la obra de animación When the Wind Blows. Estas tres películas hablaban y mostraban lo impensable, lo que pasa después de accionar el botón. Prefiero que nos quedemos con La Niebla de la Guerra y 13 Días, ya que los otros filmes citados corresponden a una introspección más personal y, quizá, más silenciosa frente a nuestros propios miedos.
Título original: The Fog of War (La Niebla de la Guerra) / Director: Errol Morris / Año: 2003.
Título original: Thirteen Days (13 Días) / Director: Roger Donaldson / Intérpretes: Kevin Costner, Bruce Greenwood, Steven Culp, Dylan Baker, Bill Smitrovich, Ed Lauter y Kevin Conway / Año: 2000.