En los años ochenta Clive Barker cosechó fama y fortuna como escritor del género de horror y fantasía. Junto a Stephen King se transformó en un referente literario, a la vez que se hizo un nombre al relatarnos historias sobre mundos escondidos, olvidados y enterrados, muy lejos del ser humano y de su anodina existencia. Era cosa de tiempo para que Barker saltara al mundo del cine. Al inicio lo hizo como guionista en obras de cine de bajo presupuesto como Rawhead Rex hasta que le llegó la oportunidad de adaptar su novela The Hellbound Heart al cine. Barker tomó la decisión de dirigirla, debutando en la pantalla con Hellraiser, película que hoy es casi un referente indiscutido del cine de terror y fantástico de los años 80, y que inició una franquicia que se ha extendido hasta el día de hoy.
Hellraiser es un filme que habla del deseo, del horror y del placer a partir del sufrimiento. Sus sugerentes y extrañas imágenes nos presentaron a Pinhead, monstruo del inframundo que hoy es parte de la fauna de villanos modernos como Jason Voorhes, Freddy Krueger y Michael Myers. Pero en esta oportunidad mi objetivo es rescatar el segundo filme de Barker como cineasta. Me refiero a Nightbreed, filme que se basa en su novela Cabal y que relata la historia de Aaron Boone, un joven interpretado por Craigh Sheffer que sueña con Midian, un submundo en el que habitan diversas criaturas totalmente escondidas del ser humano. Boone es tratado por el psicoterapeuta Dr. Phillip Decker (el alucinante cineasta David Cronneberg), quien se obsesiona con Midian hasta el punto de transformarse en un implacable asesino.
Nighbreed nos muestra submundos habitados por seres repugnantes y asombrosos, cuyas particularidades nos sitúa ante momentos incómodos, como también lo hizo en su momento Freaks de Tod Browning. A través de sus imágenes asistimos a una de las obras más sublime en torno al maquillaje y la utilización de prótesis. Clive Barker nos muestra una galería única de variopintos personajes muy bien acompañados gracias al score de Danny Elfman. Lo extraño se hace presente en toda la historia convirtiendo a Boone en un antihéroe y en un elegido que llevará a Midian hacia una nueva era, pero antes pasando por su absoluta destrucción.
Barker es un buen relator de historias, pero como cineasta siempre ha sido un poco inconexo. Aquella característica está presente en Nightbreed, ya que en su momento fue un filme que experimentó muchas ediciones por parte de los productores. Barker recién pudo estrenar la película que tenía en mente en 2014 (The Cabal Cut) gracias a Scream Factory, casa productora especializada en obras de terror. No obstante, el filme mantiene algunos vacíos narrativos, pero aquello no importa porque estamos ante una propuesta visual que trasciende al cine de los años 90. Tim Burton nos acercó a personajes extraños, ajenos a nuestra realidad como en El Joven Manos de Tijera. Barker hizo lo mismo, pero fue un poco más allá, ya que Nighbreed tiene otros subtextos, entre ellos, la diversidad sexual con guiños directos a la comunidad LGBT. Nos muestra en pantalla una sociedad totalmente contrapuesta al conservadurismo de fines de los años 80.
Nightbreed también tiene otros elementos que llaman la atención. Craig Sheffer (Nada es para Siempre) está correcto en su rol de Boone, pero quien se roba todas las miradas es el propio David Cronenberg, quien siempre ha tenido una imagen extraña y fascinante como representante del cine de autor en torno a sus películas que hablan de la carne, la tecnología y la sexualidad. El Dr. Philip Decker es un sujeto que busca poder en el submundo de Midian, además de trascender. Es frío y calculador, y calmado desde su sadismo. La máscara que utiliza para dar rienda suelta a su alter ego es casi tan sobrecogedora y espeluznante como los habitantes de Midian. Sin duda, fue un gran acierto incluirlo como villano, rol que repitió como el sicario contratado para liquidar a Nicole Kidman en Todo por un Sueño.
Clive Barker sólo tuvo un crédito más como cineasta, con el filme El Señor de las Ilusiones (1995), el que tampoco tuvo demasiada repercusión. Lamentablemente, prefirió seguir su conexión con el cine en torno al rol de productor (Dioses y Monstruos) y como escritor. Siempre será conocido por Hellraiser, pero Nightbreed también es imposible de olvidarla. Es cierto que dicho filme cuenta con un final bastante absurdo, repleto de pastiches visuales y narrativos, mostrando a los habitantes aledaños a Midian como un grupo de fanáticos racistas tipo redneck, y que incluye una crítica directa a la cultura armamentista del pueblo estadounidense. Pero este elemento y otros hacen de Nighbread una obra fascinante. Son sus excesos lo que la convierten en un filme de culto que hasta el día de hoy tiene una extensa legión de seguidores. Nighbreed es cine noventero con los personajes más alucinantes que he visto en pantalla durante los años 90.
Título original: Nighbreed / Director. Clive Barker / Intérpretes: Craig Sheffer, Anne Bobby, David Cronenberg, Charles Haid, Hugh Quarshie, Doug Bradley y Oliver Parker / Año: 1990.