En los últimos 10 años Brian De Palma apenas ha filmado dos películas a diferencia de sus amigos Steven Spielberg y Martin Scorsese, quienes han logrado mantener una activa carrera con estrenos que continúan llamando la atención tanto de los espectadores como de la crítica. Este resultado o efecto no es por la falta de ideas, sino producto de criterios comerciales que han dificultado el desarrollo de los proyectos del director de Estallido Mortal, quien siempre ha sido censurado por la violencia y sexualidad de sus filmes. Esto se debe a que es un provocador y también uno de los pocos cineastas especializados en el desarrollo de ideas cinemáticas.
El documental De Palma, de los cineastas Noah Baumbach (Frances Ha) y Jake Paltrow (The Good Night), es un repaso a la filmografía del director de Carrie. Frente a la cámara vemos a un hombre nacido en Nueva Jersey de más de 75 años y con su típico atuendo, una chaqueta de director color caqui repleta de bolsillos. De Palma recuerda sus inicios, a la vez que se refiere abiertamente a la influencia que tuvo en él Alfred Hitchcock y películas como Vértigo. También rememora sus años de formación que comenzaron en las matemáticas y en la física, pero que después derivaron hacia la cinematografía a partir de su membresía en un club de cine y el movimiento francés de la Nouvelle Vague. En sus primeros años como director experimentó nuevos estilos, formas y diversas historias, pero siempre teniendo como base las posibilidades de la imagen. Junto a sus compañeros de generación -Scorsese, Coppola, Lucas y Spielberg- revolucionó el sistema de estudios aportando una visión autoral que como él señala nunca se repetirá en Hollywood.
Estas primerizas incursiones cinematográficas lo condujeron a dirigir a Orson Welles, a trabajar con el mítico compositor Bernard Herrmann y a la conformación de recuerdos que también dan cuenta de su perfeccionismo. En cámara vemos a un De Palma comprometido con sus películas. Es sarcástico y en repetidas ocasiones se refiere a su principal interés que es mostrar aquellos aspectos y situaciones que llevan sus historias a la acción.
En el documental de Baumbach y Paltrow hay espacio para la anécdota en torno a filmes como Carrie (1976), Vestida para Matar (1980), Estallido Mortal (1981), Caracortada (1983), Los Intocables (1987), Pecados de Guerra (1989), Misión Imposible (1996), Ojos de Serpiente (1998) y Redacted (2007). De Palma aborda con entusiasmo algunas de sus reconocidas técnicas visuales a través de la utilización de la pantalla dividida, su relación con los compositores, la motivación de sus personajes, sus célebres planos secuencias y, en general, con el acostumbrado esteticismo visual de sus obras e influencia hitchkoneana. También hay espacio para algunas de sus obsesiones, entre ellas, su interés por filmar mujeres y su visión acerca de la vida de un director de cine.
Frente a la cámara De Palma luce, se escucha y se siente como un cineasta que ha tenido un extenso recorrido en torno a una carrera con altos y bajos (muchos de ellos injustificados). Afronta sus desastres cinematográficos con humildad, pero también critica abiertamente a productores, estudios y guionistas que no tienen idea sobre la imagen y sus posibilidades. Hay una frase con la que explica su visión del cine y también las diferencias que tiene con las generaciones actuales de cineastas cuando señala que “El modo en que ustedes hacen películas es empezar con un personaje y construir hacia afuera. Yo empiezo con la construcción y luego la lleno. Me impulsan ideas poco realistas”. Dicha frase va dirigida a Baumbach y Paltrow, y también a un tipo de espectador que ha cambiado sus parámetros y predilecciones. Pareciera ser que De Palma ya no se siente cómodo con la forma contemporánea de hacer cine. Lo interesante es que el documental evita las típicas sensiblerías y el homenaje fácil. Al contrario, ya que se trata de una reflexión directa, en donde De Palma simplemente comenta lo que ha hecho, además de sus principios. Sin embargo, la escena final lo muestra saliendo del edificio en donde fue entrevistado. Camina por la calle, pero con cierto andar cansino. Es un epílogo injusto porque desde la vereda del frente están sus compañeros de generación totalmente activos. También hay otros nombres como el de Clint Eastwood y Woody Allen, quienes son cineastas octogenarios que estrenan filmes en forma permanente, en el caso de Allen cada año.
Brian De Palma hoy tiene algunos proyectos en carpeta. No obstante, siempre está latente el peligro de que ninguno de ellos se estrene en cines. Incluso, podemos ir más lejos al decir que la mayoría de los cinéfilos, críticos de cine, cineastas y el público alucinamos con sus obras porque son experiencias fílmicas. Esperemos que este panorama cambie en el futuro, si bien De Palma lo tiene claro porque siempre se ha definido a sí mismo como un independiente, al igual que Nicholas Ray (55 Días en Pekin), Samuel Fuller (White Dog) o Michael Powell (Peeping Tom).
De Palma es un documental necesario en donde hay amor por el cine, pero desde el trabajo bien hecho, la acuciosidad y el estímulo visual de la cinematografía. Brian De Palma es el heredero indiscutido de Hitchcock y también es un autor con ideas propias que durante más de 40 años nos ha entregado grandes escenas en pantalla. Todos estamos ansiosos para que dichos momentos se repitan una vez más.
Título: De Palma / Directores: Noah Baumbach y Jake Paltrow / Año: 2015.