El movimiento del Free Cinema británico fue una respuesta directa al neorrealismo italiano. Este nuevo movimiento cinematográfico inglés, a través de un colectivo de diversos cineastas, vino a romper el molde con historias sobre la pobreza y las diferencias entre diversas clases sociales. Todo lo anterior junto a personajes alienados a partir de su precariedad laboral y educacional, los que a su vez buscaban una oportunidad para surgir y validarse ante los demás.
En el Free Cinema británico se siente la suciedad de las calles y de la periferia de las grandes ciudades, en parte por su tratamiento visual más cercano al cine documental. Abunda el alcohol, los sueños rotos y un sentimiento de frustración que permanece latente ante lo que no se tiene o bien por lo que tienen otros. Gracias a este movimiento, cuyos precursores fueron los cineastas Karel Reisz, Lindsey Anderson, John Schlesinger y Tony Richardson; se rescató a hombres y mujeres del profundo anonimato, contradiciendo de paso años de tradición cinematográfica centrada, usualmente, en adaptaciones al cine de obras literarias clásicas y también de la pomposidad colonialista y burguesa de los ingleses.
Una de las películas clave de este movimiento fue The Sporting Life, filme del cineasta Lindsey Anderson (Las Ballenas de Agosto) que retrató el proceso de validación social de Frank Machin (Richard Harris), un joven minero que producto de sus cualidades físicas consigue ser parte del equipo de rugby más famoso de la ciudad de Wakefield. Dicho logro le aporta dinero, fama y figuración, elementos que utiliza para validarse ante la señora Hammond (Rachel Roberts), una viuda dueña de la casa en donde vive.
Machin es grosero, directo y desconfiado. Es parte del último escalafón social, pero tiene una habilidad física, casi bruta, que le permite congraciarse con sus nuevos mecenas. También es un hombre que busca ser amado y aceptado por la señora Hammond, si bien es consciente de que nunca podrá igualar el talante moral de su difunto marido. En ocasiones, Machin se siente falso, provocando en él cierta crueldad y falta de empatía. Es el rugbista que no se cansa y que sigue tirando y recibiendo golpes como si su vida dependiese de aquello. Incluso, sus comportamientos son más parecidos a los de un niño que al de un adulto. Grita, insulta, bebé alcohol y se ríe de todos y todas, en ocasiones con envidia y en otras con absoluto desdén.
Richard Harris en el rol de Machin realiza una de sus mejores interpretaciones. Es casi devastador observarlo, en especial cuando baja la guardia y canta una canción de amor que expresa justamente la necesidad que tiene de ser amado. Se trata de uno de los momentos más sobrecogedores del cine de los años 60. Fue nominado al Oscar como Mejor Actor, logro que recién volvería a repetir en 1990 con su protagónico en The Field, donde asume un personaje que tiene algunos paralelismos con Machin. Ahora bien, The Sporting Life representó su salto a la fama, siempre aportando al desarrollo de personajes sabios, orgullosos y torturados. Rachel Roberts, también nominada la Oscar como Mejor Actriz, realiza verdaderas contiendas interpretativas junto a Harris, transmitiendo de paso al espectador una sensación de opresión, sin adornos, que sobrecoge, cansa y a veces desespera.
The Sporting Life es la vida deportiva que tenemos todos. Es un título que hace referencia a la agotadora competencia que suele producirse en todos nuestros ámbitos del día a día, ya sea para ser aceptados, para ser mejores y para surgir ante la falta de empatía y de solidaridad. Todas las películas del Free Cinema inglés calan hondo en el espectador. Ahí tenemos como ejemplo A Taste of Honey y la notable La Soledad del Corredor de Fondo (ambas de Tony Richardson), la intensa Saturday Night and Sunday Morning (de Karel Reisz) e If…, también de Lindsey Anderson. Sin embargo, debo decir que The Sporting Life es mi filme favorito de este movimiento cinematográfico por lo que transmite y por lo que comunica entre líneas, y obviamente por la conmovedora actuación de Richard Harris. Estamos ante una película que habla de la condición humana en su máxima desolación, egoísmo, crueldad y ausencia de amor.
Título original: The Sporting Life (también conocida como El Ingenuo Salvaje) / Director: Lindsey Anderson / Intérpretes: Richard Harris, Rachel Roberts, Alan Badel, Colin Blakely, William Hartnell, Vanda Godsell, Jack Watson y George Sewell / Año: 1962.