Estuve a punto de criticar el último filme de Michael Caine como actor, en la película The Great Escaper de Oliver Parker. Nunca llegó a los cines chilenos, lo que es una vergüenza, en especial por tratarse de los últimos momentos que veremos a Caine en la gran pantalla. Sin embargo, y en medio de mi búsqueda en torno al rescate cinematográfico sobre el actor británico, paseándome por Pulp, La Huella y muchos otros filmes, di con El Molino Negro de 1974 dirigido por el gran Don Siegel. Es cierto que este filme es una obra menor dentro de la filmografía del director y también de Michael Caine, si bien creo que vale la pena recuperarlo tanto por sus virtudes como defectos.

El Molino Negro se basa en la novela Seven Days to a Killing de Clive Egleton. Se trató de un proyecto anhelado por Siegel, quien vio una oportunidad para rodar por primera vez en Reino Unido. Sin duda, un cambio absoluto considerando que la obra de Siegel siempre ha tenido olor a calle, precisamente a las avenidas y ciudades de Estados Unidos, con sus detectives, policías y malhechores. El cine de Siegel es pura testosterona, su ámbito es la acción a través de relatos de antihéroes mal hablados y en medio de un cine en donde todo es muy masculinizado. El director fue uno de los menores de Clint Eastwood, además de Sergio Leone con La Trilogía del Dólar. De Siegel el joven Eastwood aprendió a rodar películas, con relatos poderosos siempre privilegiando la economía de recursos y un estilo visual bastante clasicista. Siegel ayudó a crear aquella imagen de macho alfa de Eastwood, no sólo con el personaje de Harry Callahan en Harry, El Sucio, sino también en Dos Mulas para el Hermana Sara, Coogan´s Bluff y en Escape de Alcatraz. Los personajes de Siegel eran políticamente incorrectos, una imagen absoluta del conservadurismo estadounidense en donde los héroes eran más silenciosos, es decir, hombres de total acción.

Y nos encontramos con El Molino Negro que, si bien no necesariamente presenta a su cabalidad los elementos de la filmografía de Siegel, si termina siendo un filme muy disfrutable. Lo anterior, con un Michael Caine quien personifica a un agente británico al cual le secuestran su hijo. El filme tiene todos aquellos elementos propios del thriller, conversaciones en oficinas, secretos de Estado, intereses ocultos, persecuciones por un metro, traiciones y también su dosis de violencia. Caine encarna a un hombre duro, casi plano en sus palabras, con ese estilo que ya lo hizo famoso con su Harry Palmer de The Ipcress File de 1965. En El Molino Negro suele fijar sus intensos ojos, sin pestañear, ante la pantalla (una de sus técnicas interpretativas para conectarse mejor con las audiencias). Su personaje es un burócrata, pero que al final va recuperando la humanidad frente a la tragedia que enfrenta su familia. En esta cruzada está acompañado por los malos de turno, destacando el siempre impertérrito John Vernon y Donald Pleasence, quien siempre lograba levantar cualquier escena con pequeños detalles que mostraban su destreza interpretativa. Otra novedad interesante fue el haber visto a un joven y siempre competente Joss Ackland, con esa voz que lo caracterizaba en sus películas.

El Molino Negro se deja ver con ese look setentero en donde la ciudad y las calles eran lugares en donde pasaba de todo. Siegel es generoso con las escenas en exteriores, lo que comunica aquella amalgama cultural propia de los británicos, a la vez que todo aquello aporta a un sentido de realidad que es bastante llamativo. Creo que vale la pena rescatar este filme, ya que la filmografía de un cineasta como Don Siegel se construye tanto con sus éxitos como fracasos. Michael Caine está muy bien en su papel. Está claro que no lo estamos viendo en Get Carter, pero aun así en El Molino Negro realiza un trabajo que vale la pena admirar y preservar. Sin duda, una entretenida cinta de acción con el siempre cumplidor, sir Michael Caine.

Título original: The Black Windmill (El Molino Negro) / Director: Don Siegel / Intérpretes: Michael Caine, Donald Pleasence, John Vernon, Delphine Seyrig, Clive Revill y Joss Ackland / Año: 1974.