Anne Hathaway ganó un Oscar a la Mejor Actriz Secundaria por Los Miserables, se transformó en un ícono de la moda y de la cultura popular con El Diablo Viste a la Moda y también la vimos en superproducciones de Christopher Nolan, primero como una heroína en Batman: El Caballero de la Noche Asciende y después como una astronauta en un filme de envergadura existencial como Interestelar. Sin embargo, algunas de sus mejores interpretaciones han pasado algo desapercibidas, en filmes de corazón independiente.
La actriz que comenzó a hacerse un nombre con El Diario de una Princesa realizó uno de sus mejores roles en La Boda de Raquel, obra del fallecido Jonathan Demme (El Silencio de los Inocentes), en donde interpretaba a la oveja negra de una familia. En un formato estilo documental, Anne Hathaway destacó por su humor negro, cierto nihilismo y, principalmente, por ser una mujer depresiva y autodestructiva. Su actuación es delicada, repleta de matices y si bien su personaje se conduce desde una forma casi extraviada por la vida, resulta imposible no identificarnos con ella, con su sufrimiento y soledad.
El otro secreto mejor guardado de la actriz, y en el cual me quiero detener, es Colossal, filme de 2016 del español Nacho Vigalondo (Open Windows). Se trató de una de las primeras producciones realizadas por Hathaway en un intento por encontrar historias distintas y ajenas al mainstream de Hollywood, una línea de trabajo que también han emprendido actrices como Margot Robbie (Yo, Tonya). En Colossal, que realmente es una coproducción entre Canadá y España, Anne Hathaway interpreta a Gloria, una newyorkina desempleada y buena para la farra que retorna a su pueblo natal. Luego de un breve encuentro con un ex compañero de colegio, descubre la noticia que está sacudiendo al mundo: la aparición de un monstruo en la ciudad de Seúl, al otro lado del mundo. Hasta aquí nos encontramos con lo que podría denominarse un filme de catástrofe, con un ser que inexplicablemente aparece y desaparece destruyéndolo todo a su paso. Posteriormente, surge de la nada un robot gigante que junto con el extraño monstruo se convierten en un suceso aún más bizarro y difícil de creer.
Tanto el monstruo como el robot que asolan los rascacielos de Seúl están conectados con la infancia de Gloria y también de Óscar (Jason Sudeikis), el amigo de Gloria que al principio se comporta como su protector y salvador. Lo interesante de Colossal son sus subtextos. Gloria es alcohólica y sin propósito alguno, si bien al final se trata de una mujer que suele ser pisoteada y controlada por los hombres que la rodean. En el filme la descalifican en forma continua, si bien desde lo que podría considerarse como una vida estándar y sin proyecciones demuestra que es una mujer correcta, empoderada e independiente, y que también es capaz de las proezas más extraordinarias.
Desde otro punto de vista, Colossal habla de una mujer en apariencia pequeña que puede ser muy grande, ante cualquier circunstancia. También es un filme que habla sobre la envidia y la rabia contenida en el personaje de Jason Sudeikis, un actor que forjó su talento en la comedia de los sketchs de Saturday Night Live, pero que también tiene un lado oscuro y dramático. El Óscar que interpreta es un abusivo, un alma de profunda y latente rabia y frustración.
Colossal no sólo nos permite ver el encanto indie de la filmografía de Anne Hathaway. También es una de las películas más originales que he visto en mucho tiempo. Es comedia que se cruza con el género de catástrofe en un envase de cine independiente, a la vez que nos recuerda esas películas con historias originales que se han transformado en obras de culto (Harold and Maude, John Dies at the End, The Wicker Man). Sin duda, estamos ante un filme con mucho encanto e inventiva.
Título original: Colossal / Director: Nacho Vigalondo /Intérpretes: Anne Hathaway, Jason Sudeikis, Dan Stevens, Austin Stowell y Tim Blake Nelson / Año: 2016.